"El aumento de la demanda
de depilación láser
entre la población infantil y adolescente
y la ausencia de una regulación
específica suponen la
generalización de un tratamiento
médico en centros estéticos
sin los debidos controles. Esto
supone que un grupo de edad
con características especiales,
como son los niños y adolescentes,
no cuenten con la necesaria
seguridad clínica". Estas declaraciones
las ha realizado la dermatóloga
Nerea Landa, miembro
de la Academia Española de
Dermatología y Venereología y
directora de la Clínica Dermitek
de Bilbao, quien ha puesto de
manifiesto "la necesidad de que
este colectivo de niñas, niños y
adolescentes cuenten con una
supervisión médica de sus tratamientos
de depilación con aparatos
láser y de luz pulsada".
Las razones las basa en que
"los aparatos empleados en centros
estéticos tienen una potencia
inferior a los empleados en
centros médicos y no incorporan
todos los sistemas de seguridad
que sí incorpora la tecnología
médica". En este sentido, ha
recordado que las consecuencias
de esto se traducen en "un
mayor riesgo de quemaduras en
la piel, la ausencia de resultados
-la falta de potencia hace que
no se dañe el vello, provocando
una depilación no definitiva- y el
denominado efecto paradójico,
que consiste en que el vello es
estimulado, en vez de dañado,
y crece más abundantemente".
Según ha expuesto Landa,
"solamente el médico puede determinar,
conforme al desarrollo
del pelo, su grosor, color, cantidad,
color y grosor de la piel,
sensibilidad cutánea y el resto de
datos de la historia clínica del
menor, si puede o no empezar a
depilarse con láser, en qué áreas
y con qué intensidad. Si por
ejemplo surge una reacción alérgica
o aparece cualquier problema,
sólo profesionales médicos
pueden hacer frente al problema
con todas las garantías".
Edades de inicio
y zonas
Desde hace dos años, "existe
una afluencia cada vez más relevante
de niñas de 12 a 14
años que desean empezar con
láser sus primeras depilaciones.
Las axilas y algunas zonas de
las piernas suelen registrar "un
buen resultado". sin embargo,
en otras está desaconsejado comenzar
precozmente. La cara
es otra de las zonas donde se
debe acudir a un experto pues
en ocasiones ocurre el llamado
efecto paradójico. Sin embargo,
en los casos bien seleccionados
de depilación láser en niños
y adolescentes "el resultado
es óptimo y evita los inconvenientes
de la cera y cuchillas".
La dermatóloga ha incidido
en la conveniencia de poner en
marcha protocolos de atención
a niños y adolescentes "en los
que se analice la historia clínica,
tipo de piel y de pelo y se establezcan
los parámetros adecuados
al láser en función de las características
del paciente". así
como que, posteriormente, sean
profesionales sanitarios convenientemente
formados quienes
realicen el tratamiento bajo la
supervisión continua de las sesiones,
reacción de la piel, resultado
y evolución del tratamiento
por parte de un médico. De este
modo, si hay una reacción inesperada
en la piel, el acceso a una
consulta con el dermatólogo es
inmediato y los problemas dermatológicos
que puedan surgir
en el curso del tratamiento son
atendidos por un especialista.
Además, sólo un médico cualificado
puede valorar la necesidad
o no de combinar los diferentes
láseres entre sí y con otros sistemas
de depilación".