Aunque no existen estadísticas
nacionales sobre el número
de usuarios que eliminan
su vello corporal con depilación
por láser o fotodepilación,
sí se sabe, no obstante, que esta
técnica ha alcanzado una
gran popularidad en los últimos
años, al considerarse que
es uno de los métodos más eficaces
para conseguir el fin perseguido.
Sin embargo, su aplicación
requiere la intervención
de profesionales especializados
y cualificados para ello, pues
el tratamiento está contraindicado
en determinados casos,
amén de que el mal uso de los
aparatos puede ocasionar lesiones
en ojos y piel. En este
sentido, la Sociedad Española
de Medicina Estética (SEME)
reclama a las administraciones
competentes la promulgación
de normativas que aseguren el
uso de estos aparatos.
Básicamente, la depilación
con láser es una técnica basada
en las propiedades físicas de las
radiaciones electromagnéticas,
en este caso, de la longitud de
onda que emite el láser. El tratamiento
consiste en aplicar un
haz de luz sobre la estructura
pilosa que se quiere eliminar, la
cual queda debilitada o incluso
destruida definitivamente.
La depilación láser no supone
la eliminación del 100%
de los pelos, ya que generalmente
se produce un pequeño
rebrote de un 15-20% de
pelo más fino y claro. En general
no representa molestia
alguna para el paciente.
En la actualidad son cuatro
los tipos de láseres los que
se utilizan en la depilación: el
de Rubí, Alejandrita, Diodo y
Neodimio YAG. La elección de
uno u otro dependerá del tipo,
color, grosor y profundidad
del pelo, así como del
color de la piel.
Según la Sociedad Española
de Medicina Estética,
como regla general el tratamiento
con láser es más eficaz
en pacientes de piel clara y
pelo oscuro y grueso. Normalmente
el pelo tratado se
cae o se debilita a los pocos
días, aunque habitualmente
hay que repetir el tratamiento
a las pocas semanas para
tratar el vello que se encontraba
en una fase de desarrollo
desfavorable en la primera
aplicación.
Tratamiento
Cuando el paciente acude a la
consulta, lo ideal sería que el
profesional le preguntara cuáles
son los motivos por los
que se quiere someter a la fotodepilación,
y confeccionara
un historial clínico para prever
reacciones adversas o secundarias.
Además, debería observar
el tipo de pelo y el fototipo
o color de la piel. Acto
seguido le explicaría los pormenores
de la técnica, sus
ventajas y sus inconvenientes,
y le haría firmar un consentimiento
informado donde deberá
dejar constancia de que
está al tanto de lo que supone
la depilación por láser, tras
lo cual el usuario podrá autorizar
al especialista a actuar en
consecuencia.
El historial clínico es importante
con vistas al tratamiento
a aplicar, pues permite
saber si, en el caso de
una mujer por ejemplo, padece
alteraciones ginecológicas
o, en general, si consume
determinados fármacos
que pueden ser perjudiciales
para la depilación. También
existen posibles factores hereditarios,
ambientales así
como alteraciones endocrinas,
etc. El paciente además
puede presentar afecciones
cutáneas que es preciso tratar
previamente, como acné,
foliculitis, lunares, manchas
o dermatitis.
Los expertos recomiendan
tomar precauciones al exponerse
al sol. Según SEME, normalmente
el tratamiento es
más complicado en otoño,
tras el verano, puesto que las
pieles bronceadas son más
susceptibles de quemarse al
exponerse al láser, por lo que
es recomendable no tomar el
sol en absoluto un mes antes
de comenzar e, incluso, utilizar
productos despigmentantes
para la piel. Después del
tratamiento también es necesario
no tomar el sol ni rayos
UVA hasta que ceda la inflamación
en la zona depilada
(una semana aproximadamente).
Asimismo, también es necesario
que el usuario tenga
un protector ocular durante el
tratamiento, para evitar que si
por un error el rayo láser incide
sobre los ojos, no le ocasione
problemas.
Más complicaciones
Existen otras complicaciones
que puede ocasionar el tratamiento,
aunque muy raramente
(en menos de un 1%
de los casos): foliculitis, hiperpigmentación,
costras, púrpura,
erosiones, cicatrices, fotofobia,
aumento transitorio de
la pilosidad y edema palpebral.
Diversos fabricantes de
aparatos recomiendan en sus
prospectos la utilización bajo
control médico, puesto que
en caso de que, accidentalmente,
se apliquen directamente
en los ojos o en zonas
de la piel que no son las correctas
pueden causar conjuntivitis,
opacidad de la córnea,
dificultad para percibir los colores
azul y verde, quemaduras
y cicatrices.
Precauciones a adoptar
" No es conveniente exponerse al sol entre 4 y 6 semanas
antes de la depilación.
" Después de la sesión de depilación, el paciente debe
abstenerse totalmente de exponerse a la radiación ultravioleta,
ya sea sol natural o artificial, hasta que haya
transcurrido un mínimo de 15 días.
" En el transcurso de las sesiones de depilación con láser
no se deberán utilizar métodos depilatorios donde se
arranque el pelo de raíz.
Más información:
www.seme.org