Según el Instituto de la Alimentación
Mediterránea
(IAMED), organismo creado
en 2003 por la Consejería Andaluza
de Agricultura y Pesca,
se entiende por alimentación
mediterránea los hábitos alimentarios
característicos de
algunos países de la Cuenca
del Mediterráneo, tales como
Italia, Francia, Grecia y España.
Pero también de otros a
los que no baña el Mediterráneo,
como Portugal.
En 1957, un científico norteamericano
de la Universidad
de Minessota, Ancel Keys, junto
a su esposa Margaret, comienza
a estudiar el tipo de
alimentación en distintos países
y la forma en que ésta
afecta a la salud de sus habitantes.
El estudio se prolongó
durante bastante tiempo, hasta
que en 1986, tras años de
trabajo con científicos de 7
países diferentes, el profesor
Keys sacó a la luz el llamado
Estudio de los 7 países, que dio
como resultados algunas sorprendentes
conclusiones: la incidencia
de enfermedades cardiovasculares
en los EE UU era
mayor que en el norte de Europa
y la del norte de Europa
mucho mayor que en el sur.
La explicación a estas diferencias
residía en dos razones:
" Las grasas saturadas, como
uno de los factores causantes
de la enfermedad cardiovascular,
son mucho más abundantes
en la dieta de EE UU y
del norte de Europa que en el
sur de este continente.
" Existen factores protectores
como los antioxidantes
y los ácidos grasos insaturados
que se encuentran
en una mayor proporción en
la alimentación del sur de
Europa.
Con estos datos inicia su
andadura el concepto de "Alimentación
Mediterránea".
Posteriormente, otros investigadores
y científicos, entre
ellos dos españoles, los profesores
Carlos Jiménez Díaz y
Grande Covián, consolidan el
concepto de la dieta mediterránea
con sus estudios, destacando
el papel que juega la
alimentación como factor de
riesgo de ciertas enfermedades,
entre ellas el cáncer, aspecto
que hoy en día es plenamente
aceptado por los
organismos sanitarios internacionales.
Antes de dicho estudio,
nuestra dieta no gozaba
de la popularidad internacional
de que ahora es objeto, e
incluso alguno de sus productos
estrella como el aceite de
oliva -el aceite de oliva virgen
tiene un 80% de ácido oleico,
monoinsaturado, y sólo un
14% de ácidos grasos saturados-,
o la forma de cocinar
los alimentos "friéndolos" estaban
mal vistos, pues se creía
que engordaban o que podían
ser tóxicos.
Lo de dieta mediterránea
es, por tanto, un concepto reciente
que vino a describir la
alimentación típica de los países
mediterráneos y cómo este
tipo de alimentación, unido
a una forma de vida saludable,
previene la aparición de
enfermedades cardiovasculares.
En la actualidad es reconocida
científicamente como
la dieta más saludable de las
existentes a nivel mundial.
El estudio se prolongó en
el tiempo permitiendo analizar
otros factores de riesgo
como el sobrepeso y los cambios
producidos en los niveles
de colesterol de una población
al modificar la dieta.
A pesar de que el concepto
es reciente, la Alimentación
Mediterránea tiene su origen
en las antiguas civilizaciones,
tales como Roma o la cultura
árabe. Los últimos estudios
han demostrado que ya en el
antiguo Egipto se elaboraba
cerveza, vino y pan, y que su
dieta era rica en legumbres,
pescado, fruta y verdura. Algunos
autores la ubican concretamente
en la antigua Mesopotamia
y Palestina, por lo
que tendría unos 6.000 años
de andadura.
Sea como fuere, la alimentación
mediterránea no
es una dieta única, sino que
comprende un conjunto de
dietas de distintas culturas
que, a lo largo de los años,
han ido variando en su forma
de cocinar los alimentos, pero
que conservan una serie de
pautas e ingredientes comunes
que han ido conformando
lo que venía siendo nuestra
forma de alimentarnos hasta
pasados los años setenta.
Esta dieta es, por tanto, rica
en grasas de tipo insaturado
y baja en grasas saturadas
(estas últimas se encuentran
sobre todo en la carne y los
huevos). De modo que con el
paso del tiempo se han ido
consolidando los elementos
que definen la dieta mediterránea:
pasta y arroz, verduras,
legumbres, abundante
fruta, aceite de oliva, poca
carne y mucho pescado, pan
integral, y todo sazonado con
algunas especias como el ajo,
el orégano, algo de pimienta
y pequeñas cantidades de
buen vino.
Ventajas y desventajas
de esta alimentación
Entre las ventajas que en este
momento se puede atribuir a
la alimentación mediterránea
cabe decir que, en primer lugar,
está de moda. luego,
amén de que es sana, aporta
tranquilidad a la preocupación
actualmente existente
por la salud. unido a ello, es
tradicional, esto es, se transmite
de padres a hijos y, por
último, es muy variada.
En su contra tiene que
requiere cierto tiempo para
su preparación, no es tan
llamativa como otras, y en
la ajetreada sociedad actual
está siendo sustituida por un
nuevo modelo de alimentación
más fácil y rápida pero
menos saludable, dando paso
a un consumo irresponsable
de alimentos que está
desembocando en una nueva
patología típica de nuestro
tiempo: la obesidad.
Más información:
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