En los últimos años se ha retrasado
la edad en que la
mujer tiene su primer hijo, lo
que supone que haya mujeres
de más de 40 años que quieran
quedarse embarazadas. "Esta
circunstancia conlleva que el
riesgo de enfermedades genéticas
en el neonato sea muy alto,
sobre todo de síndrome de
Down", indica el doctor Antonio
Estévez, coordinador del III
Curso Climaterio y Menopausia
y las VII Jornadas Internacionales
de la Sociedad Latina de
Medicina de la Reproducción
que la Asociación Española para
el Estudio de la Menopausia
ha organizado en Sevilla.
Por su parte, la doctora Virginia
Caballero, responsable de
la Unidad de Reproducción del
Hospital de Valme de Sevilla, ha
asegurado que el embarazo a
estas edades supone riesgos
añadidos, tanto para la madre
como para el hijo, que se derivan
fundamentalmente de la
edad materna avanzada, como
son "una mayor tasa de prematuridad,
mayor incidencia de
enfermedades maternas relacionadas
con la salud cardiovascular,
así como una probabilidad
aumentada de restricción
del crecimiento fetal intrauterino,
dando lugar a nacimientos
de niños de bajo peso que precisarán
cuidados especiales en
el periodo neonatal. Estos factores
hacen que el embarazo
en la perimenopausia (periodo
que antecede a la menopausia)
se considere de alto riesgo".
Esta experta ha indicado
que la propia llegada de la menopausia
"trae consigo un incremento
del riesgo de sufrir
trastornos cardiovasculares o
diabetes, problemas que, pese
a los controles médicos, se
pueden acentuar con el embarazo".
Se estima que la edad
fértil de la mujer termina alrededor
de los 47 años, aunque
desde los 35 la tasa de fertilidad
espontánea desciende de
forma rápida hasta valores del
5 por ciento a los 40 años. El
descenso de fertilidad espontánea
provoca que a los 40 años
la esterilidad en la mujer sea de
alrededor del 65-70 por ciento.
Según la doctora Caballero,
"alrededor de los 35 años se
inicia en la mujer un deterioro
progresivo de la fertilidad que
continúa de un modo creciente
hasta el cese total de la función
ovárica. Se trata de un deterioro
no sólo cuantitativo, sino
cualitativo, que afecta a la calidad
ovocitaria y se traduce tanto
en la dificultad para conseguir
el embarazo como en una
mayor tasa de pérdidas reproductivas
y en una mayor incidencia
de cromosomopatías".
Aunque la tasa de fertilidad
espontánea es inferior al
5 por ciento, existe la posibilidad
de que la mujer se quede
embarazada de forma natural
durante la etapa de la perimenopausia.
En palabras de
la doctora Caballero, "para
evitar embarazos no deseados,
y aunque la tasa de fertilidad
es muy baja a partir de
los 40 años, la mujer debe
utilizar métodos anticonceptivos
eficaces".