Uno de cada tres españoles
consume preparados de
plantas medicinales con fines
terapéuticos de manera habitual,
pero su elección se basa,
en primer lugar, en el consejo
de un amigo o familiar (31%)
seguido de la indicación del
dependiente de una tienda o
de un herbolario (30,9%),
mientras la recomendación del
farmacéutico sólo influye en el
9,3 por ciento de los casos.
Son datos de una encuesta
realizada a más de 2000 personas
por el Centro de Investigación
sobre Fitoterapia (INFITO),
cuya presidenta, Concha
Navarro, catedrática de Farmacología
de la Universidad
de Granada, hace hincapié en
que es "el farmacéutico quien
está mejor preparado para responder
cualquier consulta sobre
fitoterapia o uso terapéutico
de las plantas medicinales".
En este sentido, los consumidores
desconocen el papel de
la farmacia como único canal
autorizado para la dispensación
de medicamentos, tanto si éstos
están basados en sustancias naturales
o sintéticas. "Cuando se
busca una finalidad terapéutica,
el lugar adecuado para adquirir
un producto basado en plantas
medicinales es la farmacia, como
con cualquier medicamento,
con sus controles, su eficacia
demostrada y el asesoramiento
de un profesional sanitario", afirma
Navarro.
Según la encuesta, la principal
aplicación de la fitoterapia
para los españoles es el tratamiento
y la prevención de los
trastornos del sueño y la ansiedad
(57,3%), seguida de los
trastornos digestivos (con un
41,9%) y los problemas circulatorios
(17,7%). A continuación
se sitúan los productos
adelgazantes (11,3%), trastornos
óseos (9%) y problemas
en la piel (8,4%).