La fotoprotección oral (pastillas)
debe emplearse sólo
de forma complementaria y
como refuerzo a la fotoprotección
de uso tópico (cremas)
para prevenir los daños en la
piel de una exposición al sol,
según ha manifestado Reyes
Gallego, vocal de Dermofarmacia
del Colegio de Farmacéuticos
de Sevilla.
Cada vez se utiliza más la
fotoprotección oral, que consiste
en complementos alimenticios
cuya composición incluye,
entre otros componentes,
betacoratenos, licopenos, vitamina
E y aceites vegetales, que
tienen efectos antioxidantes e
inmunosupresores que previenen
el envejecimiento cutáneo.
Su utilidad está demostrada,
pero es necesario insistir en
que "por sí solos, no constituyen
una protección suficiente",
aclara Gallego, quien insiste en
la importancia de tomar las
medidas de protección adecuadas,
máxime ante el descenso
de la capa de ozono y el
cambio climático. En ese sentido,
los informes de los expertos
sostienen que en la actualidad
una exposición directa al
sol de dos horas equivale a una
exposición de entre seis y ocho
horas de hace 20 años. Por
ello, "hay que extremar las precauciones
y, en la medida de
lo posible, ocultarse del sol,
que es sin duda la protección
más drástica y eficaz".