Investigadores del Centro de
Ciencias de la Salud de Denver
de la Universidad de Colorado,
han llegado a la conclusión,
después de estudiar a
más de 4.000 pacientes, de
que una dieta alta en fructosa
aumenta el riesgo de desarrollar
hipertensión.
El consumo de fructosa se
calculó con un cuestionario
alimentario en el que se reflejaba
la ingesta de zumos de
fruta, refrescos, productos de
bollería y dulces. Los resultados
mostraron que las personas
que comían o bebían más
de 74 gramos por día de fructosa
(2,5 refrescos con azúcar
al día) aumentaban su riesgo
de desarrollar hipertensión.