Son varios los estudios
que han demostrado
que estar expuesto de forma
regular al humo del tabaco
puede provocar infarto
agudo de miocardio.
Respirar el humo que se
concentra en el centro de
algunas ciudades un día de
mucho tráfico puede llegar
a ser menos dañino que el
respirado en un habitación
llena de humo procedente
de los cigarrillos.
En el año 2006 entró
en vigor en España la Ley
Antitabaco y sus consecuencias
han sido evaluadas
recientemente por expertos
catalanes. 'Los resultados
de este estudio han demostrado
que la implantación de normas
que prohíben fumar en
los lugares públicos y de trabajo
han repercutido en una disminución
de los infartos de
manera inmediata y mucho
más elevada de lo que
se esperaba', según ha
afirmado Joan Ramón Villalbí,
médico especialista
en Salud Pública y Medicina
Preventiva de la Agencia
de Salud Pública de
Barcelona. 'Hemos observado
una disminución en
la tasa de infartos de miocardio
de un 11% en hombres
y un 9% en mujeres y
estimamos que, en el año
2006, se han podido evitar
156 infartos en esta zona',
ha manifestado.
'Para seguir progresando
y lograr una bajada aún
mayor de infartos de miocardio
a causa del humo ambiental
de tabaco, debería prohibirse
su consumo en bares y
restaurantes. Una parte de la
población se ha librado de estar
expuesta al humo de tabaco
en su lugar de trabajo, pero
no ocurre lo mismo con los
trabajadores de la hostelería.
Así mismo, es fundamental remarcar
que todos los cardiólogos
y médicos, en general,
han de ser conscientes del
problema y deben comunicar
a sus pacientes los riesgos de
fumar y de estar en espacios
llenos de humo. Por eso es importante
seguir recomendando
a los pacientes fumadores
que abandonen ese hábito y a
todos los pacientes que ya tienen
sus coronarias delicadas,
que eviten los espacios con
humos', concluye Villalbí.
Viajar en el coche de un fumador
Viajar en coche con un fumador
es tan malo para la salud o
incluso peor que pasar la tarde
en un bar en el que está permitido
fumar, en concreto, los niveles
de nicotina en los coches
de los fumadores son hasta dos
veces mayores que los encontrados
en bares, según afirma
un estudio desarrollado por la
Escuela de Salud Pública de la
Johns Hopkins University, en
Baltimore (Estados Unidos).
Mientras que no se hallaron
niveles de nicotina en los coches
de los no fumadores, en los coches
de quienes fumaban las
concentraciones promediaban
los 9,6 microgramos de nicotina
por metro cúbico. Esto es hasta
un 50 por ciento más que las
concentraciones medidas habitualmente
en lugares públicos y
privados en los que está permitido
fumar, como bares y restaurantes,
concluye el estudio.