El número de muertes prematuras
causadas por la
mala calidad del aire se va a
multiplicar por cuatro en las
próximas dos décadas si no se
hace nada pronto para frenar
la degradación del medio ambiente.
A esta alarmante conclusión
llega un informe, publicado
por la Organización
para la Cooperación y el Desarrollo
Económico (OCDE),
acerca de las perspectivas medioambientales
en 2030 y el
modelo económico necesario
para evitar un colapso.
Entre los problemas acuciantes
y potencialmente muy
dañinos que, de momento, no
se están atajando, la organización
destaca una lista de 15
factores, que van desde la
contaminación de los recursos
hidráulicos por la agricultura,
hasta las emanaciones de gases
con efecto invernadero.
Para la OCDE, la contaminación
del aire va a tener
efectos crecientes sobre la salud
a nivel mundial; y si no se
hace nada para remediarlo,
advierte, en 2030 "el número
de fallecimientos prematuros
relacionados con el ozono troposférico
se multiplicará por
cuatro". En Europa, se prevé
que el número de fallecimientos
prematuros debidos al
ozono en zona urbana pase de
nueve muertes por cada millón
de habitantes a casi 30 en
un plazo de 22 años.