La hipertensión arterial es
una de las principales causas
de mortalidad en todo el
mundo y el principal determinante
de enfermedades cardiovasculares.
Se trata de una pandemia
mundial que en España
padece entre un 23 y un 42%
de la población según diferentes
estudios. Y es que a pesar
de la existencia de fármacos
eficaces para su tratamiento y
de los numerosos programas
de formación, actualización y
prevención, la realidad es que
sólo un bajo porcentaje de pacientes
está controlado. De hecho,
el estudio Dicopress, realizado
con la colaboración de
Novartis Farmacéutica en todo
el territorio nacional, revela que
un 80,6% de los pacientes hipertensos
presenta un mal control
de la presión arterial, porcentaje
que llega al 97,5% en
los pacientes con riesgo cardiovascular
alto o muy alto.
Sin embargo, tal y como
indica el Dr. Antonio Coca, coautor
del estudio, la mayoría de
los pacientes no se encuentran
en esta situación por tener las
cifras de presión arterial elevadas,
sino por padecer una hipertensión
moderada, a la que
se unen otros factores de riesgo
cardiovascular (dislipemia, diabetes)
o una cardiopatía.
Mayores hipertensos
El 43% de los ancianos españoles
toma un solo fármaco
para controlar la hipertensión
pese a tener las cifras de presión
arterial por encima de lo
recomendable. Esta situación
se produce a pesar de que la
guía de las Sociedades Europeas
de Hipertensión Arterial y
Cardiología recomienda el tratamiento
combinado en pacientes
hipertensos de mayor
riesgo. Una práctica que también
ha quedado reflejada en
el estudio HANYDE, en el que
han participado más de 600
mayores españoles.
El doctor Juan Macías, uno
de los coordinadores del estudio,
asegura que "los mayores
pueden beneficiarse ya de
combinaciones de dos fármacos
de distintas familias terapéuticas
que han demostrado
tener un mejor control de la
tensión". El problema es que
como toman muchos otros
fármacos y tienen problemas
de dependencia o de deterioro
cognitivo, "hay una tendencia
a no darles el mejor tratamiento
posible", remarca.