Se estima que a nivel mundialexisten unos 575.000 productosquímicos y cada año se introducencientos de nuevosproductos en el mercado internacional.Así, según datosdel Programa de las NacionesUnidas para el Medio Ambiente(PNUMA), en los últimos50 años se incrementóen 80.000 el número de nuevosproductos químicos quese comercializaron, sin…
Se estima que a nivel mundial
existen unos 575.000 productos
químicos y cada año se introducen
cientos de nuevos
productos en el mercado internacional.
Así, según datos
del Programa de las Naciones
Unidas para el Medio Ambiente
(PNUMA), en los últimos
50 años se incrementó
en 80.000 el número de nuevos
productos químicos que
se comercializaron, sin que se
conozcan los efectos que hayan
podido suponer para la
salud y el medio ambiente.
Esta bonanza en la producción
química, de indudable
interés desde un punto de
vista industrial, productivo y
económico, representa una
amenaza para la seguridad y
la sostenibilidad del planeta,
aspecto basado en el potencial
tóxico que significa la
presencia de estos productos
en el medio ambiente.
En el hombre, la exposición
a los productos químicos
puede causar o contribuir a
efectos serios sobre la salud,
tales como enfermedades del
corazón, lesiones renales y pulmonares,
esterilidad, cáncer,
quemaduras, erupciones...
amén de presentar también
riesgos para la seguridad por
su capacidad potencial para
causar incendios, explosiones y
otros accidentes.
Alergias, cánceres...
Resulta difícil estudiar los efectos
que para la salud humana
implica la exposición a este elevado
número de productos
químicos, aunque se han observado
ciertos incrementos en
determinadas patologías que
parecen estar asociadas al aumento
de estos productos en el
ambiente. Así, en la Unión Europea
(UE), las alergias, cánceres
y amenazas a la salud reproductiva
están en alza. Por
ejemplo, datos estadísticos recientes
muestran que los cánceres
han aumentado hasta en un
60% en los últimos 20 años.
En cuanto a la salud reproductiva,
numerosos estudios indican
que el recuento de esperma
en los hombres jóvenes en
Europa ha bajado en el curso
de los últimos decenios, y que
los casos de cáncer testicular
están aumentando. Además, se
calcula que una pareja de cada
siete experimenta problemas de
infertilidad. Pero esta lista de
problemas de salud que se sospecha
están conectados con
productos químicos podría hacerse
mucho más larga.
El principal problema de la
seguridad química, es decir, en
la convivencia segura junto a
estos productos químicos, reside
en la dificultad de establecer
el binomio causa-efecto. El
efecto provocado por la exposición
a las sustancias químicas
suele presentarse a largo plazo,
lo que hace que sea difícil seguir
el rastro de los productos
responsables y probar la conexión
de forma concluyente.
En este sentido, la comunidad
internacional debe intensificar
sus esfuerzos para mejorar
la seguridad química. Durante
la Cumbre Mundial sobre el
Desarrollo Sostenible de 2002,
en Johannesburgo, se estableció
un compromiso internacional
para 'lograr, para el año
2020, que los productos químicos
se usen y se produzcan
en maneras conducentes a la
minimización de efectos adversos
importantes sobre la salud
humana y el medio ambiente'.
Estrategia europea
Ya desde 1981, Europa estableció
un procedimiento de
control de sustancias y productos
químicos, basado en
la metodología de la evaluación
de riesgos, por la que se
procede a la calificación de
peligrosidad de todas las sustancias
químicas y el establecimiento
de las condiciones
de información, envasado y
etiquetado, precisas para su
puesta en el mercado. Una
sustancia o un preparado químico
(formado por más de
una sustancia química) es peligroso
si así resulta de su calificación
establecida en base
a sus propiedades específicas
y su concentración.
En relación con dicha peligrosidad
se establecen las
condiciones de información,
envasado y etiquetado, como
requisitos indispensables para
su comercialización. Este fue
el primer acercamiento de Europa
hacia un mayor conocimiento
y un mejor control de
las sustancias químicas presentes
en el medio ambiente.
Actualmente, la UE se está
acercando a un nuevo sistema
de la gestión de los productos
químicos, conocido con el
nombre de REACH, sigla inglesa
de las iniciales de las palabras
Registro, Evaluación y
Autorización de Productos
Químicos. REACH exigirá a la
industria probar, evaluar y
proporcionar información sobre
la seguridad de todas las
sustancias producidas.
Esta información esencial
deberá estar a disposición pública.
Además, para el uso de
productos químicos peligrosos,
como aquellos capaces de causar
cánceres, mutaciones o
problemas relacionados con la
reproducción, o aquellos que
se acumulan en nuestro organismo
y en el medio ambiente,
será necesario obtener un
permiso específico, o los productos
podrán ser prohibidos.
Esto instará a la Industria Química
a que busque o desarrolle
alternativas más seguras. De
este modo, REACH encuentra
un equilibrio entre problemas
medioambientales, sociales y
económicos y posibilita poder
cumplir las promesas hechas
en Johannesburgo.
Sustancias y
preparados peligrosos
Una sustancia química es un
elemento químico en estado
puro, o en un elevado estado
de pureza, mientras que un
preparado químico es la mezcla
de dos o más sustancias
químicas. Se determina que
una sustancia o un preparado
químico es peligroso si así es
establecido por su normativa
de aplicación, que establece
las sustancias químicas que,
en función de su concentración,
presentan efectos perjudiciales
para la salud de los
hombres o del medio ambiente.
Las sustancias y preparados
que sean calificados de peligrosos
precisan de unas condiciones
específicas de información,
envasado y etiquetados,
para su comercialización.
Envasado
Los requisitos que se deben
cumplir para el envasado son
los siguientes:
» Los envases evitarán
pérdida de contenido.
» El material del que estén
fabricados envases y cierres
será resistente al ataque
del contenido y no deberá
formar con él ningún tipo de
combinación peligrosa.
» El envase y su cierre no
deberán permitir aflojamientos.
» Si el sistema de cierre
es reutilizable, el recipiente
estará diseñado para que no
se produzca pérdida alguna
de contenido.
» Los recipientes vendidos
al público en general no
podrán tener forma y/o decoración
que atraiga la curiosidad
de los niños o induzca a
error al consumidor.
» Tampoco tendrán una
presentación y/o denominación
similar a las utilizadas para
los productos alimenticios,
productos para animales, medicamentos
o cosméticos.
» Si el envase está destinado
a la venta al público en general
y contiene sustancias o preparados
clasificados como 'muy
tóxicos', 'tóxicos' o 'corrosivos' deberá disponer de cierre de seguridad
para niños o indicación
de peligro detectable al tacto.
El cierre de seguridad para
niños será igualmente obligatorio
para aquellos preparados
ofrecidos o vendidos al
público en general en forma
de aerosoles.
Etiquetado
Los envases deberán ostentar
de manera legible e indeleble,
al menos en la lengua oficial
del Estado:
» Denominación o nombre
comercial del preparado.
» Identificación del responsable
de la comercialización.
» Nombre químico de las
sustancias peligrosas presentes
en el preparado.
» Cantidad nominal si el
preparado es de venta al público
en general.
» Símbolos e indicaciones
de peligro o pictogramas que
indican la peligrosidad del
producto, que irán impresos
en negro sobre fondo amarillo-
anaranjado.
» Frases de Riesgo (Frases
R): son frases tipo que indican
los riesgos específicos derivados
de los peligros de las sustancias.
» Consejos de Prudencia
(Frases S): frases tipo que indican
los consejos de prudencia
en relación con el uso o
manejo del producto.
Más información: Control del riesgo químico de sustancias y preparados peligrosos. Instituto de Salud Pública. Comunidad de Madrid.