Son muchas las veces que
los padres acuden al pediatra
porque su pequeño tiene
tos; de hecho es uno de los
motivos de consulta pediátrica
más frecuente. No obstante,
según manifiesta la Sociedad
Española de Neumología Pediátrica
(SENP) estas visitas podrían
haberse evitado, pues lo
normal es que la tos no sea
más que un síntoma trivial. En
opinión de estos expertos hay
cuatro razones para llevar a un
niño con tos al pediatra: si le
dan más de diez ataques repentinos
de tos y el pequeño
no está pasando por ningún
proceso viral autolimitado, como
puede ser un catarro, si los
ataques de tos se suceden sobre
todo por la noche, si aparecen
cuando está haciendo
ejercicio o se enfrenta a un
cambio emocional o, por último,
si la tos no suena como de
costumbre. Mientras no se de
ninguna de estas situaciones,
podemos estar tranquilos.
Tos crónica
La tos está presente en prácticamente
todos los procesos
respiratorios y por lo general
su duración decrece a los pocos
días. Sin embargo, si persiste
más de tres semanas adquiere
un estatus mayor y se
convierte en una tos persistente
o tos crónica. La SENP advierte
que entre el 6 y el 10
por ciento de los niños tienen
tos crónica a lo largo de la infancia.
Las causas son varias,
aunque de entre ellas destacan
las infecciones respiratorias, el
asma, las inmunodeficiencias,
las malformaciones pulmonares,
la aspiración de un cuerpo
extraño y el tabaquismo pasivo,
por lo que puede ayudar y
mucho a su pequeño convirtiendo
a su hogar en un espacio
libre de humos.