La edad que aparentamos
no es sólo cosa
de la genética y del
paso del tiempo. El 70
por ciento de la responsabilidad
decae en estos
dos factores, pero el resto
está en manos de factores
externos que aceleran
el deterioro de la
piel, como el abuso del
sol y los rayos UVA, una
dieta pobre en frutas y
el "no ser constante" en
la higiene y la hidratación facial.
Entre unos y otros, la realidad
es que las españolas aparentan
tener casi tres años más de los
que cumplen por culpa del estado
de su piel, donde aparecen
primero las arrugas y luego
la flacidez.
Este es uno de los resultados
del estudio internacional
desarrollado en España por la
empresa de cosméticos Pond’s,
un estudio en el que además
se matiza que el desfase entre
la edad real de las españolas y
la que aparentan puede llegar
a ser de hasta quince años. Todo
depende de que se cumplan
o no determinados factores.
Así, fumar puede echar
encima unos dos años y comer
frutas y verduras restar
tres años. Del empleo de hidratantes
depende quitarse o
ponerse hasta tres años, pero
las mujeres que utilizan estos
cuidados sólo a veces son las
que tienen más que perder, ya
que pueden parecer unos seis
años mayores.