Las neurosis suponen el 70%
de las enfermedades mentales
y entre un 20-25% de los
problemas que atienden los
médicos en Atención Primaria.
La neurosis está considerada
como una alteración
mental cuya característica
esencial es la presencia de
un alto grado de ansiedad.
El miedo y las obsesiones,
relacionadas con factores
conflictivos personales o ambientales,
dominan al afectado
y le provocan un verdadero
sufrimiento psíquico. Si
bien es cierto que todos padecemos
miedos y obsesiones
en mayor o menor medida
a lo largo de nuestra
vida, la mayor parte de la
gente consigue dominarlos
sin que afecten demasiado a
su actividad diaria ni a su estructura
mental.
Las personas predispuestas
a sufrir una neurosis suelen
ser hipersensibles, con una
emotividad superior a la normal,
por lo general con un
acusado sentido de culpabilidad
y que se sienten muy
afectadas por las tensiones
emocionales y por los hechos
impactantes como disgustos,
peleas o accidentes, o por sucesos
o circunstancias banales
a los que ellos otorgan mayor
importancia de la que en realidad
tienen y que les causan
una fuerte alteración psicoemocional.
En ellas la ansiedad
adquiere una intensidad
considerable y puede llegar a
marcar sus pensamientos y su
comportamiento.
Según el profesor Enrique
Baca, presidente de la Sociedad
Española de Psiquiatría,
"en el caso de las patologías
que recoge el término de
neurosis, hay muchas personas
que nunca reciben ayuda
y viven como pueden". Como
norma para saber cuándo hay
que acudir al médico, el Dr.
Baca recomienda: "Cuando
los síntomas que uno tiene
sobrepasan la capacidad de
control de uno mismo y empiezan
a afectar su vida diaria,
es el momento de pedir ayuda.
Puede que cueste mucho
levantarse temprano por las
mañanas, pero eso no constituye
un problema hasta que
un día no te puedes levantar
y te quedas ahí. Es un criterio
subjetivo: ‘yo no puedo con
esto’ y un criterio objetivo:
‘no puedes realizar tu vida
diaria’."
¿Todos neuróticos?
Al decir de los expertos, aun
cuando las neurosis se encuentran
entre los trastornos
más comunes de la práctica
médica, hay pocas enfermedades
como éstas que, con
tanta frecuencia, sean tan
mal comprendidas, ya que el
término, en vez de utilizarse
sólo para un grupo específico
de trastornos mentales, se ha
vuelto de uso popular para
describir trastornos emocionales
de la más diversa naturaleza.
Así, es habitual tachar
de "neuróticos" a individuos
que muestran un comportamiento
excéntrico o un poco
inestable.
Según la Organización
Mundial de la Salud, la neurosis
es un trastorno psíquico
sin una alteración orgánica
demostrable, en la cual el juicio
de la realidad se halla conservado
y hay lucidez. Las
personas neuróticas son conscientes
de su enfermedad, ya
que reconocen sus síntomas,
de los que la angustia es el
más importante.
De acuerdo con el profesor
Baca, "todos podemos sufrir
este tipo de trastornos que
antes se conocían con el
nombre de neurosis y que
desde 1980 reciben denominaciones
como trastorno
adaptativo, trastorno de ansiedad,
distimia, depresiones,
fobia social, fobias simples,
trastornos por estrés postraumático,
trastorno por somatización,
etc. En realidad, bajo
este paraguas que recoge el
término neurosis, se encuentra
el 70% de las enfermedades
mentales y entre un 20-
25% de los problemas que
ven los médicos de Atención
Primaria".
Acontecimientos
vitales
Las causas de estos trastornos
son muy difíciles de determinar.
Para el profesor Baca
existen claros factores de riesgo,
como la desestructuración
familiar, la falta de afecto durante
la infancia, la sobreprotección
o el infracuidado, factores
de riesgo pertenecientes
al mundo de lo genético, pero
también factores que van
en función de las situaciones
o acontecimientos vitales de
lo que le sucede a la persona
a lo largo de su vida, como
maltrato infantil, abuso…
"No se sabe", señala Baca,
"por qué hay personas en
las que unas condiciones teóricamente
horribles desarrollan
una personalidad extraordinaria,
mientras que
otras en condiciones maravillosas
desarrollan problemas
de salud mental. No tenemos
una constancia de su origen
genético, como ocurre con la
esquizofrenia, el trastorno bipolar…,
aunque seguro que
lo hay".
Aunque las causas son inconscientes,
la aparición del
cuadro neurótico suele venir
precedida de algún hecho de
cierta significación, como la
pubertad, embarazo, adolescencia,
fallecimiento de un
ser querido, divorcio, etc.
Cuando fracasan los mecanismos
internos que evitan el
desequilibrio de las fuerzas,
se desencadena un conflicto
provocando un daño a la persona.
Este sentimiento se denomina
angustia. Pero el
desencadenante de la angustia
no es el conflicto en sí
mismo, sino la incapacidad
para reprimirlo. Las manifestaciones
principales de las
neurosis incluyen una angustia
exagerada, síntomas histéricos,
fobias, síntomas obsesivos
y compulsivos y una
depresión grave.
Cuando no son tan graves
las neurosis pueden ser tratadas
por el médico general,
pero en casos de trastorno
grave está indicada una hospitalización
y la atención de
un psiquiatra. En principio,
casi todas las neurosis responden
bien al tratamiento. Éste
se orienta sobre todo a reducir
el grado de tensión emocional
de la persona afectada,
enseñándole a relajarse y a
adoptar actitudes constructivas.
Asimismo, puede ser útil
la administración de medicamentos
sedantes o ansiolíticos
y una psicoterapia.