La litiasis (piedras en el riñón)
afecta a, aproximadamente, el
5% de la población española,
un porcentaje considerado alto
por los expertos, si se tiene
en cuenta que hablamos de
una enfermedad persistente
que en muchos casos llega incluso
a cronificarse. Según indica
el Dr. Francisco J. Ruiz
Marcellán, del Servicio de Urología
del Instituto Dexeus de
Barcelona, "la formación de un
cálculo en el riñón es una patología
frecuente en la consulta
de urología, en muchas
ocasiones como resultado de
una enfermedad subyacente".
Se ha podido observar un
aumento significativo de este
trastorno en los países desarrollados,
fundamentalmente
por sus hábitos dietéticos y vida
sedentaria. En España es
Palma de Mallorca la zona con
mayor prevalencia, llegando
ésta a ser más del doble de la
media nacional (12%).
Al decir de este experto,
hace más de 30 años las intervenciones
de litiasis ocupaban
el 35% de la actividad quirúrgica
del urólogo. Este panorama
cambió con la llegada hace
25 años de la litotricia por
ondas de choque, que transformó
de forma radical el tratamiento.
De hecho, gracias a
esta técnica se evitan cerca del
85% de todas las intervenciones
quirúrgicas que se hacían
antes con cirugía.
Origen
Los tipos de cálculos más frecuentes
son las piedras de oxalato
cálcico, relacionados con la
dieta, que representan el 70%
de todos los casos de litiasis. En
niños y jóvenes es más común
la presencia de piedras de origen
infeccioso o metabólico.
Entre las menos frecuentes, un
12-14%, que afectan sobre todo
a mujeres están las piedras
secundarias a infecciones urinarias
de repetición, como las cistitis
mal tratadas.
Además, existe una relación
clara entre antecedentes
familiares y litiasis. De hecho,
hay algunos tipos de cálculos
de riñón que son directamente
heredados, como la cistinuria,
una enfermedad congénita que
se transmite de padres a hijos.
Por lo general, la litiasis
suele presentarse entre los 28 y
los 50 años de edad, con más
incidencia en el varón. El perfil
de paciente es el de un varón
de mediana edad, que vive en
un país desarrollado y lleva una
vida sedentaria. En la población
femenina son más comunes las
litiasis de origen infeccioso por
su mayor predisposición a padecer
infecciones de orina.
Los primeros cálculos de
oxalato cálcico, de origen no
infeccioso, aparecen en el riñón
de las personas afectadas
entre los 29 y 32 años, y continúan
desarrollándose hasta
los 50-55 años de edad.
Dieta y líquidos
La dieta y un bajo consumo de
líquidos son factores que influyen
directamente en la formación
de piedras. De hecho, las
personas que consumen poca
cantidad de líquidos presentan
mayor riesgo de desarrollar cálculos,
mientras que el riesgo se
reduce en aquellas personas
que consumen más líquidos.
Respecto a la dieta, la ingesta
de alimentos de alto contenido
proteico de origen animal
como productos lácteos, la
carne, las dietas ricas en sal y
la ingesta de azúcares refinados
favorecen la formación de
cálculos. Según el doctor Marcellán,
"en la actualidad, las
dietas hipercalóricas y con alto
contenido en proteínas de alimentos
de origen animal son
las que predominan en nuestra
alimentación".
Se ha comprobado que las
personas que llevan una vida
sendentaria trabajando en oficinas
o lugares sometidos a
temperaturas elevadas (cocineros,
maquinistas, etc.) presentan
un mayor riesgo de padecer
este problema de salud.
Dolor
Un signo de aviso de esta enfermedad
es el dolor que se
produce como consecuencia
de la presión que ejerce el cálculo
al pasar por la vía urinaria.
En estas condiciones, la piedra
dificulta la salida de la orina y
provoca dolor, generalmente
de gran intensidad, conocido
como cólico renal o cólico nefrítico.
En ocasiones, la litiasis
está acompañada de otras manifestaciones
como alteraciones
en la micción, hematuria (presencia
de sangre en la orina) e
infección. No obstante, en muchos
casos la litiasis se detecta
de forma casual al consultar
otro problema de salud.
Aproximadamente el 85%
de los pacientes se beneficia de
técnicas como la litotricia, aunque,
como indica el doctor
Marcellán, "en algunas ocasiones
no resulta suficiente, bien
por el tamaño o la dureza del
cálculo o bien porque la vía urinaria
no permite una buena eliminación.
En estos casos, se
opta por utilizar la cirugía". Para
este especialista, en el abordaje
de esta enfermedad se trata
no sólo de extraer el cálculo
al paciente, sino también de
evitar que vuelva a desarrollar
otro, dada la alta frecuencia de
recidiva. De hecho, a los cinco
años de haber tenido un cálculo,
la mitad vuelve a sufrir este
problema y a los 10 años hasta
un 70% presenta un nuevo episodio
de litiasis.
Las medidas de prevención
son útiles, pero precisan la total
colaboración del paciente,
ya que por lo general suelen
ser reacios a tomar medicación
durante largos periodos de
tiempo y a modificar sus hábitos
de vida y de dieta.
Más información: www.aeu.es