Los factores ambientales y el
estilo de vida actual juegan
un papel importante en la infertilidad,
un problema que va
en aumento. El sedentarismo,
el consumo de cafeína y alcohol,
la obesidad, los ritmos circadianos
y algunos compuestos
químicos son factores que
han demostrado reducir de
forma considerable la probabilidad
de tener un hijo, según
pusieron de manifiesto varios
expertos durante el Congreso
Internacional IVI sobre Reproducción
Asistida.
El doctor Edward V. Younglai,
del Departamento de
Obstetricia y Ginecología de la
Universidad de McMaster de
Hamilton, Ontario (Canadá),
destacó la influencia de los contaminantes
en la fertilidad. "Los
denominados ‘compuestos perturbadores
endocrinos’ (un grupo
de productos químicos como
los ftalatos, el bisfenol y los metabolitos
del DDT, entre otros)
pueden estar contribuyendo a
resultados reproductivos adversos
como infertilidad, aborto,
parto prematuro, síndrome del
ovario poliquístico, endometriosis
y retardo en el crecimiento
intrauterino en la población general".
En concreto, el bisfenol se
utiliza en la fabricación de botellas
de agua, biberones, equipamientos
médicos, teléfonos móviles,
juguetes, etc., los ftalatos
se encuentran en cosméticos,
materiales de construcción, pinturas
y productos de limpieza, y
los metabolitos del DDT, insecticida
actualmente prohibido, se
acumulan en grasa.
Por otra parte, el estilo de
vida sedentario está asociado,
con frecuencia, a un incremento
de peso corporal, un
factor que tiene consecuencias
negativas sobre la salud
reproductiva". De hecho, el
doctor José Bellver, del IVI Valencia,
aseguró que "las mujeres
obesas tienen casi el tripe
de probabilidades de sufrir
riesgo de infertilidad y de fracasar
en los intentos de quedarse
embarazadas, tanto en
los ciclos de concepción natural
como asistida".
Un exceso de peso incrementa
las complicaciones durante
el embarazo e influye en
una baja respuesta a la estimulación
ovárica que se realiza
durante la fecundación ‘in vitro’.
Asimismo, las pacientes
con obesidad sufren una alteración
significativa en la calidad
del ovocito y del embrión,
con los consecuentes menores
índices de fertilización, así como
un peor entorno uterino.
Según Bellver, sólo con un 5
por ciento de pérdida de peso
corporal se pueden mejorar e
incluso restaurar los índices de
ovulación y embarazo.
Cafeína, alcohol
y tabaco
También se ha demostrado la
influencia en los procesos de
reproducción asistida de otros
factores como el consumo de
alcohol o cafeína. En concreto,
los expertos concluyeron que
los índices de éxito de estos
procesos se pueden optimizar
disminuyendo el consumo de
estas sustancias.
Múltiples estudios evidencian
el efecto negativo que
tiene fumar sobre la fertilidad.
En las mujeres, el impacto del
tabaco sobre la reserva ovárica
se constata por la edad
más temprana en que las mujeres
fumadoras tienen la menopausia.
Además, "varios
componentes del tabaco
afectan al proceso de maduración
de los folículos de los
ovarios, que se traducen en
peores parámetros en los procesos
de fecundación ‘in vitro’,
tal como puso de manifiesto
el doctor Sergio Soares,
director de la Clínica IVI en
Lisboa (Portugal), quien añadió
que los espermatozoides
de los fumadores tienen una
capacidad de fertilización reducida
y los embriones muestran
menores índices de implantación.