Datos actuales del Ministerio
de Educación, Deporte y
Política Social indican que desde
1997 hasta el año 2007 se
han adoptado 37.582 menores
de países extranjeros en España.
Según se ha puesto de manifiesto
en el transcurso del
XXIII Congreso Nacional de la
Sociedad Española de Pediatría
Extrahospitalaria y Atención Primaria,
en gran parte de estos
niños adoptados la pobreza va
unida a mala higiene, infecciones,
mala nutrición y retraso de
desarrollo, carencia de vacunas
que previenen importantes enfermedades,
mal control de
embarazo y parto, entre otros
problemas. Pero, además, a esto
se une el factor del abandono
afectivo que podría causar
problemas emocionales o de
relación y falta de estímulo para
su desarrollo psico-motor.
Según la mayoría de estudios
realizados, existe una serie
de patologías o desajustes que
son más frecuentes en estos niños.
Entre las más frecuentes
están el retraso leve en el desarrollo
de peso y talla, la anemia,
problemas dermatológicos
banales y alteraciones de
alimentación o en el sueño, todas
ellas producidas por diferentes
razones: condiciones de
los lugares donde han vivido,
falta de estímulos afectivos, carencia
de vacunas o infestaciones
por parásitos, entre otras.
Mucho menos habituales
son la malnutrición o un retraso
de talla de mayor grado, los
trastornos leves de conducta
como falta de atención, impulsividad
o deficiente adaptación
social, problemas buco-dentales,
de oído o infecciones leves.
Por tanto, se trata en general
de alteraciones banales y
curables y la mayor parte de
enfermedades que algunos de
estos niños padecen se corrigen
con terapias adecuadas.
Según explica el doctor Jesús
García Pérez, cuando el niño
ha llegado a España, los pediatras
recomiendan dejarle unos
días de adaptación pero "sin retrasar
más de dos semanas la
primera evaluación pediátrica
tras la llegada por si hubiera alguna
infección, y hacerlo de forma
inmediata si existen signos
de alguna enfermedad". Además
de la exploración física minuciosa,
agudeza visual y audición,
el pediatra cuenta con
guías específicas para orientar
otro tipo de exámenes y de análisis
básicos a estos niños.
En esta primera visita, el pediatra
tendrá en cuenta aspectos
como la medición del crecimiento
y nutrición, el calendario
vacunal de su país nativo, y la
evaluación del desarrollo psicomotor,
de la audición, del lenguaje
y de la afectividad y adaptación
a la nueva forma de vida.
Según las conclusiones de
los expertos reunidos en el citado
congreso, el ser humano
necesita de un cuidado individualizado
intenso, recíproco y
a ser posible con una relación
fija no intercambiable. Estos
niños no han creado el vínculo
afectivo necesario para su desarrollo
y hay que estar atentos.
Sin embargo la alteración
debe de ser muy profunda y
crónica para dejar secuelas. La
capacidad de superación de
los niños es enorme, por lo
cual la inmensa mayoría se
adaptan bien a su nueva familia,
colegio y sociedad.