Los niños cuyas madres están
estresadas continuamente
durante sus primeros
años de vida, tienen una tasa
mayor de asma, independientemente
de los ingresos económicos,
del género o de
otros factores de riesgo, según
un estudio de la Universidad
de Manitoba (Canadá) publicado
en la revista American
Journal of Respiratory and Critical
Care Medicine.
Según explica Anita Kozyrskyj,
autora principal del estudio,
cada vez está más claro que
los factores de riesgo ambientales
tradicionales no explican por
completo el origen del asma.
"Están apareciendo evidencias
que señalan que la exposición al
estrés maternal en los primeros
años de la vida tiene un papel
central en el desarrollo de asma
en la infancia. En un grupo de
niños nacidos en 1995, descubrimos
que el estrés maternal
que persiste más allá del periodo
posterior al parto está asociado
con un mayor riesgo de asma
a edades escolares".
Los resultados de esta investigación
han mostrado que
el estrés materno estaba asociado
con un aumento a largo
plazo de cerca de un tercio en
la prevalencia de asma en los
niños. Además, se observó que
el riesgo de asma asociado
con el estrés maternal se intensificaba
bajo situaciones específicas
en el hogar. Así, los
niños de madres con ansiedad
crónica o que tenían más de
un hermano tenían un mayor
riesgo de asma que otros niños
con madres que no mostraban
tal estado de ansiedad.
Los investigadores aún desconocen
los mecanismos por
los que el estrés maternal causa
asma. Las mujeres deprimidas
son más propensas a fumar y
menos dadas a la lactancia materna,
factores asociados con el
desarrollo de asma. Sin embargo,
la investigación también ha
sugerido que las madres deprimidas
son menos propensas a
interactuar con sus hijos. Los estudios
en animales indican que
una menor atención de las madres
afecta a la respuesta inmune
y de estrés de los hijos, pero
este efecto en los humanos aún
no se ha demostrado.