Es habitual que los expertos
en seguridad
vial alerten sobre las precauciones
a adoptar
cuando se va a utilizar el
vehículo en la carretera:
frenos, faros, neumáticos,
revisiones del coche,
descanso, nada de
alcohol… Sin embargo,
hay un factor que no
siempre se tiene en
cuenta y que es tan fundamental
como los citados:
los ojos, los grandes
olvidados en la conducción,
pero también en la
práctica del deporte y a
la hora de ponernos delante de
un ordenador.
En relación con el tráfico,
las gafas, siendo como son imprescindibles
para una conducción
correcta, pueden convertirse
en un problema al
producirse un accidente, provocando
lesiones de diversa
consideración, pues no están
pensadas para proteger los
ojos de los golpes, sino para
corregir un problema ocular.
Gafas de repuesto
"Dada la importancia de nuestra
información visual, es fundamental
que nuestra vista esté
en el mejor estado posible",
señala el profesor Juan José Alba,
del Instituto de Seguridad
Vial y Accidentes de Tráfico de
Zaragoza. "Por ello", -añade-
"siempre recomendamos hacerse
revisiones periódicas, y
aquellas personas con problemas
de visión y que necesiten
gafas deben estar bien aconsejados
por su óptico u oftalmólogo".
La conducción con unas
gafas de graduación diferente
a la que utilizamos puede resultar
muy peligrosa.
Esther Sánchez, óptico de
Alain Afflelou, recomienda,
por su parte, que antes de realizar
un viaje hay que someterse
a una graduación de la vista,
pero además conviene llevar
gafas de repuesto en el
coche y que éstas sean de la
misma graduación que las que
usamos habitualmente.
Otro dato a tener en cuenta
es que la agudeza visual del
conductor se reduce un 70%
por la noche y la proporción
de accidentes mortales puede
llegar a cuadruplicarse; por
otra parte, según las conclusiones
de un estudio elaborado
por VISSUM Corporación
Oftalmológica, el sentido de
la profundidad es siete veces
menor que durante la
conducción en horario
diurno.
De acuerdo con esta
corporación, quienes
sufran algún trastorno
refractivo como miopía,
hipermetropía y astigmatismo,
así como los
mayores de 55 años
con inicio de cataratas,
deben tener un "especial
cuidado" en la conducción
aún cuando
tengan la sensación de
ver bien, puesto que,
sin ser conscientes de
ello, sus condiciones de
visión pueden "no adecuarse"
a la velocidad con la que están
circulando.
Hay que tener en cuenta
que el 90% de la información
que se percibe al conducir llega
a través de la vista, por lo
que las condiciones visuales
son "determinantes para la
conducción" y guardan una
"significativa relación" con los
accidentes producidos por fallos
humanos
Resistentes
Según esta especialista, "las
gafas han de ser cómodas, ligeras
y resistentes, e insistiría
en este tipo de lente para los
motoristas, que son los más
expuestos a sufrir lesiones en
los ojos en caso de accidente".
A este respecto, las lentes
de policarbonato son las más
recomendadas, pues son
irrompibles, "son como una
armadura para los ojos; está
demostrado que cuando un
coche impacta contra una fina
lámina de este material resistente,
la lámina no se rompe.
Es el material más resistente
del mercado y se ha empleado
por ejemplo para fabricar el
papamóvil o en la industria aeroespacial".
Para practicar deporte,
mejor lentillas
En cuanto al deporte, la falta
de protección adecuada en la
vista a la hora de practicarlo
puede dar lugar a la aparición
de daños oculares irreparables,
sobre todo en aquellos que
entrenan al aire libre, según el
oftalmólogo Jorge Cazal, profesor
asociado de la Universidad
Politécnica de Cataluña.
De acuerdo con este especialista,
en el caso de los deportistas
la importancia de
mantener una buena protección
contra la radiación solar
es mayor que en la población
general, porque su exposición
al sol es más elevada. "La radiación
ultravioleta más peligrosa
es la de tipo B ya que
puede provocar fotoqueratitis,
es decir, una inflamación en la
córnea, así como degeneraciones
o engrosamientos de la
conjuntiva y lesiones en la retina",
explica.
Para evitar posibles daños,
se aconseja el uso de lentillas en
lugar de gafas, ya que, pese a
ser la protección solar más extendida
entre la gente de a pie,
no siempre son adecuadas para
todos los deportes en lo que se
refiere a comodidad y seguridad,
pues suponen un obstáculo
físico que puede incluso ser
causa de heridas y contusiones
en algunos deportes de contacto.
"Las lentillas actuales filtran
la fracción más dañina de la luz
ultravioleta y son suficientes
para proteger la retina y la córnea",
añade Cazal, aunque reconoce
que no protegen igual
la zona externa del ojo que las
gafas de sol. A la hora de comprar
cualquier dispositivo ocular
de protección solar, señala
que debe "exigirse un filtro
mínimo de radiación ultravioleta
del 70%.