Los resultados de la nueva vacuna
contra el sida desarrollada
por científicos tailandeses y
americanos "no son tan esperanzadores
como podría desprenderse
de una primera lectura",
según ha afirmado el doctor
Vicente Soriano, especialista del
Servicio de Enfermedades Infecciosas
del Hospital Carlos III de
Madrid y uno de los más prestigiosos
investigadores en VIH.
"Sin ánimo de promover escepticismo,
en ausencia de datos
que avalen que la diferencia
entre la exposición a prácticas
de riesgo es nula entre los dos
grupos de voluntarios (uno recibió
la vacuna y otro placebo),
los datos obtenidos subrayan
que la protección de la vacuna,
si es que existe, es sólo parcial",
explicó el doctor Soriano.
Según este experto, dada
la complejidad de la evaluación
de la eficacia de una vacuna
para evitar la transmisión
del VIH, "estos resultados preliminares
deben ser interpretados
con mucha cautela, pues
las diferencias entre los dos
grupos (51 infectados en el
grupo de la vacuna y 74 en el
del placebo) podrían deberse
a otras razones, como la mayor
o menor exposición de los
miembros de cada grupo a
prácticas de riesgo".
En este sentido, el doctor
Soriano explica que la diferencia
en la proporción de contagios
"es sólo marginalmente
significativa" ya que, "aunque
se haga un buen seguimiento
de los voluntarios, es muy difícil
de evaluar" esa exposición.
Asimismo, "es extraño que el
nivel de viremia en las personas
que se infectaron en los
dos grupos no difiera en absoluto.
Si la vacunación hubiera
ocasionado cierta protección,
sería de esperar que los vacunados
que se infectaron tuvieran
niveles de viremia más bajos,
y no fue así", comentó.
Dudas sobre eficacia
en Europa
"Está por ver si la eficacia de
una vacuna que podría ejercer
un cierto beneficio frente al
subtipo E del VIH-1, que es el
más frecuente en Tailandia,
también lo es frente a otras variantes
del VIH, por ejemplo, el
subtipo B, que es el predominante
en la Unión Europea y
Norteamérica", afirma Soriano.
"A la espera de los detalles
del estudio, que se facilitarán a
finales de octubre en París, mi
impresión es que el interés y
esperanza despertados tras comunicarse
los resultados preliminares
se aplacarán", apuntó
el doctor Soriano. En su opinión,
"las vacunas contra el sida
que se han probado hasta
ahora no han demostrado ninguna
eficacia en humanos. Es
de algún modo sorprendente
que, utilizando variantes de lo
probado hasta este momento,
se comunique ahora que pueden
ser beneficiosas. En cualquier
caso, ojalá fuera así y las
esperanzas suscitadas se confirmen",
señaló este experto.
Cinco años más
de espera
Por su parte, el jefe del Servicio
de Enfermedades Infecciosas
del Hospital Clínic de Barcelona,
Josep Maria Gatell, y el
coordinador del proyecto de
lucha contra el sida Hivicat,
Christian Brander, han señalado
que la vacuna preventiva
definitiva contra el sida tardará
al menos más de cinco años
en llegar. Actualmente, más de
30 laboratorios del mundo
buscan esta vacuna.
Según Brander, la vacuna
definitiva no podrá llegar antes
de seis o siete años puesto que
"no hay grupos de investigación
para iniciar la fase III de
investigación", que es la que
necesita de una participación a
gran escala y puede tardar hasta
seis años en dar resultados.
Las dos sustancias químicas
que forman la vacuna presentada
por un grupo de científicos
de Estados Unidos y Tailandia
ya se habían probado
por separado, pero no habían
funcionado. "Ahora al combinarlas,
se da algún tipo de potenciación
y tiene un actividad
moderada", señala Gatell. Respecto
a que previene un tercio
de los contagios, en su opinión
el 30 por ciento está en
el "límite" de la significación
estadística, y el porcentaje es
"demasiado bajo incluso para
países en vías de desarrollo;
aquí por ejemplo no tiene ningún
sentido". Por todo ello,
estos expertos consideran que
en los próximos años la estrategia
contra la enfermedad
deberá seguir basándose en la
prevención.