El trabajo a turnos puede ser
un factor de riesgo para la salud
y el bienestar de los trabajadores
al generar trastornos
acentuados en el sueño, en la
alimentación y en las relaciones
sociales, según se desprende
de las conclusiones del estudio
"Estado de salud de los trabajadores
a turnos", realizado por
la Asociación Ibérica de Patología
del Sueño y la Unidad de
Sueño de la Mutua de Accidentes
de Zaragoza (MAZ).
Uno de los aspectos que se
ve más afectado es el sueño;
estos trabajadores (el 20% de
la población laboral) presentan
mayor prevalencia de insomnio
y de somnolencia que aquellos
que tienen un horario regular
de trabajo. Asimismo, el aparato
digestivo se altera debido al
descuido en los hábitos alimenticios.
Todo ello puede desencadenar
el denominado por los
expertos Síndrome de Desadaptación
al Trabajo a Turnos
(SDTT) que podrá ser agudo o
crónico dependiendo del tiempo
de evolución del trastorno y
de las alteraciones que se produzcan
en el trabajador.
En relación al componente
social, factores como la duración
de la jornada laboral y la
disparidad de horarios respecto
al resto de los miembros
del círculo familiar y social
pueden influir negativamente
en la conciliación del trabajo
con la vida familiar.
Existen algunas medidas
prácticas y sencillas que deben
ponerse en práctica para
conseguir adaptarse mejor a
este tipo de horarios.
Respecto a la vida familiar y
social, la planificación es una
pieza clave para conseguir sacar
provecho del tiempo libre que
proporciona el trabajo a turnos.
Contar con un calendario laboral
anual, hacer planes con antelación
con familia y amigos y
conseguir que comprendan las
características del trabajo son
condiciones indispensables para
disfrutar del tiempo de ocio.
Alimentación
En lo que se refiere a la alimentación,
en general, se recomienda
realizar cuatro comidas
al día. Cuando se trabaja en
turno de mañana es importante
hacer un desayuno fuerte, un
almuerzo libre de grasas a media
mañana y evitar alimentos
precocinados en la comida; en
la cena se evitarán las grasas,
las bebidas estimulantes como
el té y el café y el alcohol.
En el caso de que se trabaje
por la tarde, se recomienda
realizar un desayuno ligero,
una comida con hidratos de
carbono complejos (patatas,
verduras, pasta, arroz o legumbres),
merienda con embutidos
no grasos y una cena ligera.
Finalmente, si el trabajador
tiene turno de noche se aconseja
una comida ligera antes
de incorporarse al trabajo y un
almuerzo similar al que se realiza
durante el día. Al llegar a
casa es importante hacer una
comida similar a la cena.