En los próximos días el Ministerio
de Sanidad y Consumo
va a autorizar la comercialización
de la vacuna del
virus del papiloma humano
(VPH). Con este cambio de actitud,
España deja de ser el único
país de Europa que privaba
a sus ciudadanos de una herramienta
eficaz para atajar el que
ya es el segundo tumor más
frecuente en las mujeres en el
mundo, al no haber puesto en
marcha los mecanismos para
su comercialización.
Es más, respaldando la petición
de las siete sociedades
científicas implicadas en la prevención,
diagnóstico y tratamiento
del cáncer de cuello de
útero, el Gobierno aconseja
acelerar los trámites legales y
administrativos que conduzcan
no sólo a la comercialización
de esta vacuna, sino también a
su inclusión en el calendario
vacunal, tal y como han hecho
ya otros países europeos como
Alemania, Reino Unido, Bélgica,
Francia o Dinamarca.
Aunque ya son varias las
Comunidades Autónomas que
apoyan públicamente la recomendación
del Gobierno, aún
habrá que esperar a que se celebre
el Pleno del Consejo Interterritorial
del Sistema Nacional
de Salud en octubre
para que se pueda hacer realidad.
En él, las 17 comunidades
autónomas en consenso
deberán dar el visto bueno a
su inclusión en el calendario
vacunal común del Sistema
Nacional de Salud. Además, se
determinará la edad de las niñas
a las que se administrará el
tratamiento.
Un 'cambio radical' que ha
llenado de satisfacción al sector
sanitario en nuestro país. Y es
que no hay que olvidar que
apenas hace unos meses la antigua
ministra de Sanidad, Elena
Salgado, aseguraba en el
Consejo Interterritorial del Sistema
Nacional de Salud que la
inclusión de esta vacuna en el
calendario vacunal no era un
problema 'urgente', tal y como
ya recogimos en el nº 31 de EL
PERIÓDICO DE LA FARMACIA.
Y todo, a pesar de que la nueva
vacuna cuenta con el visto bueno
de la Agencia Europea del
Medicamento desde septiembre
de 2006 y el de la Agencia
Española de Medicamentos y
Productos Sanitarios desde el
pasado 10 de octubre.
La importancia
de la vacuna
El virus del papiloma humano
es el responsable de la inmensa
mayoría de los casos de
cáncer de cuello de útero,
siendo además una de las infecciones
de transmisión sexual
más común, de ahí la importancia
de una vacuna que
protege frente a cuatro de los
120 tipos de este virus que se
conocen en la actualidad.
Aunque la eficacia de la
vacuna es muy alta en mujeres
sin infección previa, aún
queda un pequeño margen
desprotegido frente a otros tipos
de VPH, al menos nueve,
que podrían provocar la aparición
de un cáncer. Por ello,
aunque esta vacuna se incluya
en el calendario vacunal, es
importante no dejar de lado el
resto de medidas preventivas.
Así, una citología es capaz de
detectar la presencia de este
virus, por lo que es esencial
realizar esta prueba con regularidad.
El Ministerio de Sanidad
y Consumo, consciente
de ello, impulsará la realización
de cribados sistemáticos
para la detención precoz de
posibles infecciones. Y es que
los diagnósticos previos del
VPH son esenciales ya que las
infecciones son generalmente
asintomáticas y es necesario
que pasen hasta 20-30 años
para que la que inicialmente
fuera una infección por VPH
se transforme en cáncer de
cuello de útero.
Educación sanitaria
y sexual
Los expertos recomiendan vacunar
a las niñas antes de que
sean sexualmente activas, es
decir, entre los 11 y los 14
años, puesto que el VPH se
transmite casi exclusivamente
por vía sexual y son precisamente
las mujeres de entre 15
y 25 años de edad las que más
riesgo tienen de contagiarse.
Muchas pueden pensar erróneamente
que la vacuna les da
inmunidad y, como consecuencia
de esta falsa 'seguridad',
aumenten el número de
prácticas sexuales de riesgo.
De ahí que el Ministerio quiera
acompañar la entrada en vigor
de la vacuna con la intensificación
de políticas de educación
sanitaria y sexual entre la población
más vulnerable. El
principal foco de atención será
el uso del preservativo, herramienta
de enorme eficacia en
la prevención del contagio de
las infecciones de transmisión
sexual. Pero este método anticonceptivo
no supone una
protección total frente a la
amenaza del VPH. La penetración
no es un requisito fundamental
para que se produzca
la infección, ya que el virus
puede contagiarse tan sólo
con que exista contacto piel
con piel en la zona genital.
Se estima que en nuestro
país cada año se producen
más de 500.000 casos nuevos
de cáncer de cuello de
útero y en torno a unas
280.000 defunciones por esta
causa. En España la prevalencia
de la infección por
VHP y la mortalidad por
cáncer de cuello de útero es
una de las más bajas de
Europa, pero no por ello se
ha de bajar la guardia ni olvidar
unos datos que son estremecedores:
según el Instituto
Nacional de Estadística
594 mujeres murieron por
este tipo de cáncer en el año
2005 en nuestro país.