La magnetoterapia es una

técnica terapéutica consistente

en aplicar campos magnéticos

fijos o variables sobre una

zona del cuerpo aquejada de

una disfunción o traumatismo.

Es especialmente útil frente al

dolor muscular y para la remisión

de procesos inflamatorios.

Su descubridor fue el médico

austriaco Antón Mesmer,

que ya en el siglo XVIII trataba

a sus pacientes con una placa

magnética al observar que

existía un fluido magnético en

todos los cuerpos, al que llamó

magnetismo animal y que

para tratar las dolencias había

que reconducirlo.

Nuestro sistema celular

neuronal tiene un intercambio

de cargas negativas y positivas

entre el espacio extra e intracelular,

existiendo un equilibrio

en su funcionalidad que se

puede ver alterado, y de hecho

ocurre así, cuando existe un

exceso de cargas. A nivel de la

membrana celular la magnetoterapia

restablece el potencial

de membrana alterado y va a

aumentar el metabolismo del

oxígeno, produciendo una mayor

utilización del mismo.

La magnetoterapia y los

efectos beneficiosos que ejercen

sobre el organismo han

impulsado diversos estudios, al

ser considerada como una medicina

alternativa y pseudocientífica.

Esta consideración

ha estado motivada por el

efecto perjudicial de las cargas

positivas, generadas por los

dispositivos o situaciones que

nos rodean de modo habitual

en nuestra vida cotidiana: torres

eléctricas, telefonía móvil,

corrientes subterráneas de

aguas, vientos, ordenadores

personales, etc.

Dolor osteoarticular

y depresión

Recientemente se han publicado

los resultados de un estudio

realizado con el objetivo

de valorar el efecto beneficioso

que produce la aplicación

de una pulsera de titanio en

las manifestaciones físicas del

dolor osteoarticular y en la depresión.

Este dispositivo elimina

las cargas positivas del organismo

y facilita las negativas

para mantener su equilibrio o

estabilidad celular, contrarrestando

de esta forma la energía

estática desfavorable del ambiente

externo y laboral a la

que se ven sometidas las personas

a lo largo del día.

Los resultados del estudio,

realizado por doce investigadores

españoles en 210 personas,

concluyen que la pulsera mejora

el dolor de los pacientes estudiados.

El 75 por ciento de

ellos presentaron algún tipo de

mejoría de su dolor, en mayor o

menor grado. Además, observaron

una mejoría significativa

del síndrome depresivo, dato

que hace pensar a los autores la

influencia favorable que ejerce

el efecto de la magnetoterapia

sobre este trastorno.