El progresivo envejecimientode las poblaciones delos países desarrollados esuna realidad que se vieneconstatando en los últimosaños. De hecho, el porcentajede población mayorde 65 años es el más elevadode toda la historia y,en nuestro país, con datosde 2001, se constata quelos mayores de 65 años superanen…
El progresivo envejecimiento
de las poblaciones de
los países desarrollados es
una realidad que se viene
constatando en los últimos
años. De hecho, el porcentaje
de población mayor
de 65 años es el más elevado
de toda la historia y,
en nuestro país, con datos
de 2001, se constata que
los mayores de 65 años superan
en porcentaje a los
menores de 15 (17% frente
al 15%).
Según el Informe del
Sistema Nacional de Salud
de 2004, en España la esperanza
de vida en varones es
de 77,2 años (la segunda
más alta de la Unión Europea)
y en las mujeres es de
83,7 años (la más alta). Sin
embargo, y a pesar de estos
datos, las mujeres perciben
peor su estado de salud que
los hombres. Mientras que
el 5,75% de los varones entre
65 y 74 años consideran
que su estado de salud
es muy bueno, las mujeres
de este mismo tramo de
edad sólo lo consideran así
en un 2,59%.
Bajo el lema 'Después de los
65 estás en la edad de no hacer
nada o de hacerlo todo'
culminó el pasado mes de diciembre
la puesta en marcha
por el Ministerio de Sanidad y
Consumo de una campaña
publicitaria para promocionar
estilos de vida saludables entre
las personas mayores de
65 años, un colectivo cada
vez más numeroso y que actualmente
supone el 17% de
la población española.
El objetivo de esta acción
informativa es trasladar a nuestros
mayores el mensaje positivo
de que mejorar los estilos
de vida a cualquier edad comporta
siempre importantes beneficios
para la salud.
Consejos a tener
en cuenta
Cabe recordar aquí los consejos
difundidos a lo largo de la
campaña:
» Cuidar la alimentación.
Incluir en la dieta frutas
y verduras, moderar el consumo
de grasas, sal y alcohol, y
volver a la 'dieta mediterránea',
que tantos beneficios
aporta en términos de salud.
» Caminar al menos
treinta minutos diarios y
practicar un poco de ejercicio
moderado. La práctica de
este tipo de ejercicio, siempre
adaptado a las necesidades y
condición de vida de cada
persona, es un excelente seguro
de vida. Entre otras cosas,
contribuye a prevenir la
obesidad. Según la Encuesta
Nacional de Salud 2003, el
47,11% de las personas con
edades entre 65 y 74 años
declara sobrepeso y el
22,54% obesidad. Para los
mayores de 74 años, estos
porcentajes son del 43,30 y
17,41%, respectivamente.
» Dejar el tabaco. El
beneficio de abandonar el
hábito de fumar a cualquier
edad es incontestable, también
entre los mayores, que
ven mejorada su calidad de
vida y su estado de salud.
Los datos de la Encuesta Nacional
de Salud de 2003 nos
dicen que la prevalencia de
fumadores entre personas de
65 a 74 años es del 10,87%
y la de los mayores de 74
años se sitúa en el 4,47%,
ambas cifras por debajo de
la prevalencia media del conjunto
de la población (que
se sitúa en el 31%). En estas
edades, en contra de lo que
ocurre entre los más jóvenes,
son los hombres los que fuman
en mayor medida. De
65 a 74 años fuman el
21,53% de los hombres y el
2,43% de las mujeres. Entre
los mayores de 74 años, fuman
el 9,81% de los varones
y el 0,86% de las mujeres.
» Necesidad de mantenerse
bien hidratado. Es recomendable
beber más agua
(al menos un litro y medio al
día). Los mayores pierden la
sensibilidad de los sistemas fisiológicos
de alarma que nos
indican que debemos beber y,
por ello, es importante que,
aun sin tener sed, las personas
mayores aseguren todos
los días a su organismo una
cantidad mínima de líquidos.
» Moderar el consumo
de alcohol. Según la Encuesta
Nacional de Salud 2003, el
consumo de alcohol en los últimos
12 meses entre las personas
de 65 a 74 años es del
46,42%, un porcentaje que
disminuye hasta el 34,91%
entre los mayores de 74 años.
Estas cifras están por debajo
de la media de consumo en
los últimos 12 meses del total
de la población, que se sitúa
en el 56,10%. Entre los mayores
de 65 años, el consumo
de alcohol es más elevado en
los hombres que en las mujeres.
Las recomendaciones
efectuadas por los organismos
internacionales y los profesionales
sanitarios indican que el
exceso de alcohol es especialmente
perjudicial en las edades
más avanzadas y es consecuencia
de accidentes y del
inicio o agravamiento de enfermedades.
» Sentirse activo intelectual
y socialmente. Para
lograr un envejecimiento
activo en todos los sentidos
es también muy importante
llevar a cabo actividades intelectuales
(leer, aprender,
enseñar) y participar en actividades
sociales, de relación
con los demás, algo en
lo que todos podemos ayudar.
Cabe añadir que el
70,5% de los mayores de
65 años declaran que son
capaces de realizar las actividades
relacionadas con la
movilidad sin necesidad de
ayuda.
Activos y con buena salud
La Sociedad Española de
Geriatría y Gerontología señala
que se puede reducir
la discapacidad al final de la
vida, haciendo posible que
las personas que viven muchos
años lo hagan con
buena salud y activos. En
este sentido, conviene tener
en cuenta los siguientes
puntos:
» Discapacidad no es sinónimo
de envejecimiento.
» Es posible disminuir la
incidencia, prevalencia
e intensidad de la discapacidad
en las personas
mayores. Para ello
es necesario promover
políticas sanitarias de
prevención y promoción
de la salud y de
prevención y control de
enfermedades crónicas
especialmente incapacitantes
y de alto impacto
en la población anciana.
» También hay que implementar
la asistencia
geriátrica especializada
en todos los hospitales
españoles.
» Es necesaria una protección
a la discapacidad
que garantice la
cobertura de sus necesidades,
tanto sanitarias
como sociales, desarrolladas
por ley, y de forma
equitativa en todo
el territorio español.
Aprender a envejecer
Según el presidente de la
Sociedad Española de Geriatría
y Gerontología, Isidoro
Ruipérez, entre las claves
para conseguir un envejecimiento
activo y saludable
está el aprender a convivir
con las enfermedades que
aparecen en la vejez y dar
prioridad a los derechos de
los ancianos. Es esta una de
las estrategias a seguir para
lograr un envejecimiento
activo. De acuerdo con este
especialista, para envejecer
correctamente hay que
conseguir una mejora en la
calidad de vida y aumentar
la esperanza de vida saludable,
ya que el principal enemigo
de estos objetivos es
la dependencia.
En su opinión, es muy
importante una atención y
prevención 'precoz, correcta
y concreta' en la atención
sanitaria primaria y secundaria.
Los problemas de
vista, oído, osteoporosis o
los síntomas depresivos que
padecen los ancianos, entre
otros, se deben detectar a
tiempo y evitar las secuelas
de estas afecciones o mejorarlas
si es posible.
A juicio de Ruipérez, para
tener un envejecimiento activo
es imprescindible
aprender a vivir con las secuelas
de las enfermedades.
Otra estrategia para el buen
envejecimiento es dar prioridad
a los derechos de los
ancianos por encima de sus
necesidades. Según la Organización
Mundial de la Salud
(OMS), entre estos derechos
están la independencia,
la participación, la dignidad
y la asistencia. La
sensación de seguridad ayuda
a que los ancianos desarrollen
un envejecimiento
activo, por ello es necesario
garantizarles los servicios
sociales básicos y evitarles la
discriminación por edad o
sexo.
Un estudio cualitativo
realizado por la Sociedad Española
de Geriatría y Gerontología
y el Imserso en 2004 puso de relieve que
los ancianos reclaman salud
y autonomía, facilidades para
tener pareja, independencia
económica, mantener su
función de cuidadores, formar
parte de la comunidad
y conseguir seguridad y
tranquilidad para envejecer
correctamente.
Ejercicios cognitivos,
lo mejor para la memoria
Según el profesor Antonio
Manso, de la Universidad
Nacional de Educación a
Distancia (UNED), la memoria
es el motor para el buen
funcionamiento del cerebro.
En este sentido alienta a los
ancianos a realizar ejercicios
de tipo cognitivo que les
ayude a que la memoria no
se estanque o ralentice.
Entre estos ejercicios cabría,
por ejemplo, planificar
por la mañana todas las tareas
a realizar durante la jornada,
hacer sopas de letras
o autodefinidos o cualquier
otra actividad que permita aumentar
o mantener la capacidad
cognitiva de los mayores.
Según el profesor, 'si no tienes
memoria, es como si
perdieras todas las señas de
identidad, tanto temporales
como espaciales', de ahí que
los enfermos de Alzheimer
supongan la culminación de
este proceso degenerativo.
Para Manso, son tres las
principales causas que influyen
en la pérdida de la memoria:
el deterioro en la
huella de la memoria como
consecuencia del proceso
evolutivo, el desplazamiento
de conceptos por la incorporación
de otros nuevos
y, finalmente, la interferencia
entre conceptos por la
similitud entre los mismos.
A su juicio, hay también
otras causas externas que
contribuyen al estancamiento,
ralentización o pérdida
de la memoria, como el alcoholismo,
un estrés excesivo
y el tabaquismo, aunque
también cabría citar en este
proceso degenerativo causas
sociales, pues la experiencia
ha demostrado que
los individuos ancianos
que pertenecen a las capas
sociales más inferiores tienen
más riesgo de perder
la memoria, por no haberla
ejercitado cuando fueron
jóvenes.
Caminar media hora al día
potencia la autonomía
Los médicos de familia pusieron de manifiesto,
en el transcurso de un congreso nacional
celebrado en Sevilla, los beneficios de la actividad
física en la Tercera Edad para reducir
los riesgos de patologías físicas y de demencias
psíquicas. Caminar todos los días de forma
regular durante media hora mejora la
calidad de vida y reduce la dependencia en
los ancianos.
Diversos estudios han demostrado que
el ejercicio físico practicado de manera regular
mejora la salud y la calidad de vida en
todas las edades, aunque es precisamente
en los ancianos donde estos beneficios se
aprecian más rápidamente. Así, caminar
media hora al día contribuye a incrementar
el colesterol bueno y también a reducir el
malo y las cifras de tensión arterial. Además,
los pacientes que lleven aparejada obesidad
pierden peso y, en general, se reduce el
riesgo de sufrir un infarto.
Las mejorías asociadas al ejercicio físico
también son evidentes en el aparato locomotor,
tan castigado por la artrosis en edades
avanzadas. Igualmente, se han demostrado
beneficios en la esfera psíquica, ya que caminar
de forma regular reduce la ansiedad, el
riesgo de depresión, la aparición de insomnio
y retrasa la aparición de la diabetes.
No obstante, los médicos advierten que
sería un error recomendar a los pacientes que
hagan deporte sin antes conocer su estado
de salud, aunque con pocas pruebas y un reconocimiento
podría conocerse su situación.
En cualquier caso, lo que se procura es lograr
que de manera progresiva los ancianos consigan
caminar a diario durante media hora.
Las últimas estadísticas revelan que, a
pesar de esta evidencia científica, en España
a un 55% de los pacientes nunca se les ha
recomendado la práctica de ejercicio físico.
Caminar es la actividad física preferida por la
mayor parte de los pacientes, ya que no exige
un equipo especial, se puede practicar
desde la puerta de casa sin coste económico
y la edad no es un inconveniente a la hora
de practicarlo.
Cuidado con la desnutrición
Entre las causas más frecuentes
de desnutrición específicas
del anciano se citan la pluripatología,
la polifarmacia, el
aislamiento social, los problemas
económicos, la incapacidad
física, problemas en la
boca (incluidos la alteración
del gusto y olfato), tabaquismo
y alcoholismo.
Cabe detenernos en la
primera de ellas, la pluripatología,
que implica la aparición
simultánea en el anciano, de
varias enfermedades crónicas
que pueden influir en su estado
nutricional.
Así, se pueden citar enfermedades
como la diabetes,
la insuficiencia cardiaca,
insuficiencia respiratoria, hipertensión
arterial, osteoporosis,
colelitiasis, demencia,
depresión y enfermedades
del aparato digestivo.
Invariablemente unida a
la pluripatología está la polifarmacia,
que supone la ingesta,
igualmente simultánea,
de diversos fármacos.
Existen muchos medicamentos
que pueden influir tanto
en la absorción, metabolismo
y excreción de nutrientes,
como en la sensación de
apetito.
Asimismo, es importante
controlar la automedicación
de compuestos como analgésicos,
laxantes, ansiolíticos,
etc., pues está demostrado
que cuantos más fármacos
se consumen, más posibilidades
hay de que surjan
problemas.
Más información:
www.seg-social.es/imserso/mayores
www.todoancianos.com
www.segg.es