Nueve de cada diez problemas
de espalda que sufre
la población viene motivado
por una hernia discal, un problema
de salud sumamente incapacitante
de no tratarse a
tiempo. A partir de los 25 años
nuestro disco vertebral comienza
a envejecer y perder elasticidad,
proceso que se acelera en
personas fumadoras, obesas y
sedentarias. 'La patología lumbar
es consecuencia de la posición
erecta que, con los años,
acaba produciendo un deterioro
progresivo de toda la columna
vertebral, especialmente en
las vértebras lumbares, cuyo pico
de incidencia se sitúa entre
los 40 y 50 años', explica el
doctor Francisco Villarejo, jefe
de Neurocirugía de Clínica La
Luz y del Hospital Niño Jesús
de Madrid.
Una parte importante de las
hernias se podrían prevenir siguiendo
una serie de normas de
higiene postural a la hora de levantar
o transportar objetos pesados
o estar muchas horas en
la misma posición. En este sentido,
los expertos recomiendan
habituarse a levantar los objetos
doblando las rodillas, a andar
dejando caer el peso en los talones,
a sentarse de forma que se
evite el hueco que se hace en la
parte baja de la espada, a usar
calzado seguro y con tacón bajo,
y a dormir sobre un colchón
firme y duro, preferentemente
boca arriba y de lado. Pero además
de estas sencillas pautas, el
deporte es un gran aliado para
la salud de nuestra espalda. Así,
por ejemplo, la natación está especialmente
indicada para fortalecer
la musculatura.
Técnicas quirúrgicas
Cuando el dolor de espalda persiste,
los expertos recomiendan
como primera medida el tratamiento
conservador con fajas o
corsés especiales, así como rehabilitación
y tratamiento farmacológico.
No obstante, si el
dolor se hace crónico tres meses
o más se debe plantear un tratamiento
quirúrgico, que aporta
resultados muy buenos en más
del 80 por ciento de los casos.
Las últimas novedades quirúrgicas
permiten evitar la cirugía
agresiva a favor de un tratamiento
mínimamente agresivo.
'Además de recurrir a la microcirugía-
explica el doctor Rodolfo
Rodríguez, experto en Neurocirugía,
'se ha extendido la
utilización de técnicas percutáneas
en las que no es necesaria
anestesia general ni realizar incisiones
quirúrgicas, con las que
conseguimos disminuir la presión
destruyendo la parte del
núcleo central del disco'. En este
sentido, sobresalen diversas
técnicas como la endoscopia, la
nucleotomía percutánea, la discolisis
con láser u ozono, la IDET
(Intradiscal Electrothermal Therapy)
y la nucleoplastia.
En las hernias muy voluminosas
y para evitar las recidivas,
en los últimos años se está colocando
un espaciador interespinoso.
Sin embargo, en los próximos
años 'los esfuerzos irán
dirigidos al entendimiento de la
patología desde la perspectiva
genética lo que concederá especial
importancia al tratamiento
personalizado', destaca el
doctor Rodríguez.