El estrés se considera un factor
de riesgo del ictus y varios estudios
señalan que los trabajadores
con demandas psicológicas
altas y poco control
sobre su trabajo tienen más
propensión a la enfermedad
que aquellos con menores demandas
psicológicas y mayor
control sobre su trabajo.
En este sentido, un estudio
realizado en la Universidad de
Salud Ocupacional y Ambiental
en Fukuoka (Japón) señala
que el estrés laboral puede llegar
a duplicar el riesgo de ictus
en los hombres.
Los análisis revelaron dos
veces más de riesgo de ictus en
los hombres con un trabajo
más estresante en comparación
con los hombres con bajo estrés
laboral. Aunque las mujeres
con trabajos muy estresantes
tendían a tener un mayor
riesgo de ictus que aquellas
con puestos con menos estrés,
no se descubrieron diferencias
estadísticas en cuanto a la incidencia
del ictus.