Según datos de la Dirección
General de Tráfico (DGT), el
año 2004 se saldó en España
con 4.741 fallecidos en la carretera,
lo que sitúa a los accidentes
de circulación en el
quinto lugar entre las principales
causas de muerte, tras
las enfermedades del aparato
circulatorio, los tumores, las
dolencias respiratorias y los
trastornos digestivos.
Dentro de los factores que
pueden afectar a la capacidad
para conducir con seguridad
se encuentra el consumo de
algunos medicamentos. A diferencia
de otros factores, como
el alcohol, la influencia real de
la medicación en los accidentes
de tráfico no está bien establecida.
No obstante, lo que
sí se sabe es que aproximadamente
la mitad de la población
consume algún tipo de
medicamento y casi un treinta
por ciento de los conductores
españoles toman regularmente
fármacos (datos de la Sociedad
Española de Medicina de Familia
y Comunitaria).
Medicamentos usados para
el tratamiento de la depresión,
la ansiedad o la esquizofrenia
pueden causar somnolencia y,
por tanto, suponer un riesgo
para la conducción. También
algunos analgésicos y anestésicos
pueden ocasionar
sueño, así como ciertos relajantes
musculares y medicamentos
utilizados para tratar
el Parkinson y los problemas
alérgicos.
Asimismo algunas enfermedades
disminuyen la capacidad
para conducir con seguridad.
De hecho, la normativa
española y europea sobre la
aptitud para conducir señala
las circunstancias clínicas en
las que no se puede otorgar o
renovar el permiso de conducción.
Esta normativa regula el
examen médico-oftalmológico-psicológico que se realiza a
todas las personas en la tramitación
del permiso de conducción
en nuestro país.
Lo normal sería asumir que
tomar la medicación, al controlar
o estabilizar la situación clínica,
permite a la persona conducir
'mejor'. No obstante, la
aparición de determinados
efectos adversos (sedación, visión
borrosa, etc.) deteriora la
capacidad para conducir con
seguridad. Es por ello que la relación
medicamentos/enfermedad
y conducción de vehículos
es compleja.
Consulte el prospecto
Antes de comercializar un medicamento,
los organismos
responsables de autorizar dicha
comercialización (en España,
la Agencia Española de
Medicamentos y Productos
Sanitarios) realizan una exhaustiva
investigación sobre si
el fármaco deteriora o pudiera
deteriorar el rendimiento psicomotor
y la capacidad para
conducir. Entre los apartados
que figuran en el prospecto
se encuentra el dedicado a
'conducción de vehículos y
utilización de maquinaria'. Esta
información es importante
y si se indica que la ingesta
del medicamento puede afectar
a la conducción debe tomarse
en serio y, por tanto,
no ponerse al volante.
Otro apartado del prospecto
se refiere a las 'interacciones
con otros medicamentos y
otras formas de interacción'.
Se debe prestar especial atención
a la interacción con el alcohol,
por su especial relevancia
de cara a la conducción de
vehículos.
No obstante, no olvide que
su farmacéutico podrá resolverle
cualquier duda sobre la información
recogida en el prospecto
de los medicamentos.