Ante la llegada de las deseadas vacaciones,
Jesús Rodríguez, presidente de la Sección de
Pediatría de la Academia de Ciencias
Médicas de Bilbao, durante su participación
en la décima edición de Encuentros con la
Salud, que tiene por lema ¡Nos vamos de vacaciones!,
ha insistido en los siguientes aspectos
sobre el cuidado de los más pequeños
en estas fechas:
1. La primera regla de oro es una correcta hidratación.
2. Evitar la exposición al sol: los menores de
dos años han de evitar la playa y buscar la
sombra de los árboles o lugares protegidos
del sol. El resto evitarla en las horas centrales
del día.
3. Protección solar: proteja a los niños con
cremas solares que han de ser de pantalla
física en los menores de tres años y de protección
química a partir de esa edad. En el
caso de los más pequeños esta protección
ha de ser reforzada con prendas que protejan
las zonas más delicadas de la piel del
bebé. Las cremas deben ser aplicadas convenientemente:
es necesario tomarse un
tiempo para hacerlo, antes de salir de casa.
Es importante una aplicación uniforme en
la piel, con un margen de antelación para
que impregne bien. La operación ha de repetirse
cada dos o tres horas. Y recuerde"
la utilización de cremas no implica abusar
del sol.
4. Dieta equilibrada: evite el exceso de comida
fuera de horas, así como un continuo
consumo de batidos, helados, golosinas,
etc. La dieta ha de ser equilibrada, que hidrate
convenientemente al niño y le aporte
los nutrientes suficientes para hacer frente
al desgaste físico de esta época.
5. Flexibilice rutinas: las alteraciones del horario
es una de las pautas más comunes en
estas fechas. Si bien el verano no es la fecha
idónea para instaurar una rutina horaria
y de sueño, procure que el sueño sea
relajante para el menor, que en muchas
ocasiones se encuentra sobrexcitado. No
obstante, recuerde que en cuanto se regrese
de vacaciones se deberá imponer de
nuevo la rutina.
6. Estreche lazos afectivos: es la temporada
idónea para estrechar lazos familiares entre
padres e hijos. Procure desacelerar las tensiones
propias del fin de temporada y aminorar
las prisas y los excesos que marcan el
ritmo de esos días previos tan frenéticos,
dándose un tiempo para acercarse y conocer
mejor a los suyos.
FUENTE: Sección de Pediatría de la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao.