El paludismo o malaria es una enfermedad muy extendida que
afecta a prácticamente a todos los países tropicales. Se transmite
a través de la picadura de un mosquito y puede ser grave, e
incluso mortal. A día de
hoy no se cuenta con una
vacuna eficaz contra esta
enfermedad, por lo que
para evitar su aparición se
han de poner en marcha
una serie de medidas:
1. Ser consciente del riesgo y saber cómo protegerse.
2. Evitar la picadura del mosquito: esto constituye la primera
línea de defensa contra el paludismo. Para ello, ha de evitar,
si es posible, salir al exterior entre el anochecer y el amanecer,
ya que los mosquitos pican habitualmente en estas horas,
y no usar ropa de colores oscuros, pues atraen a los
mosquitos. La ropa con manga larga y los pantalones largos
han de ser su vestimenta cada vez que salga de noche.
Impregne las zonas del cuerpo que queden al aire libre con
un repelente que contenga N,Ndietilmtoluamida (DEET) o
Ftalato de dimetilo. Por otro lado, si puede, alójese en un
edificio bien conservado, con tela metálica en puertas y ventanas.
Cuando no sea así, cierre las puertas y ventanas durante
la noche y coloque una mosquitera alrededor de la cama.
Para mejorar la protección puede utilizar insecticidas a
base de piretrinas o piretroides.
3. Tomar la quimioprofilaxis adecuada: los diferentes medicamentos
y las pautas de administración se basan en las recomendaciones
de la Organización Mundial de la Salud.
Dado que el tipo de medicación varía según la zona a visitar
y que ninguno de estos medicamentos está desprovisto
de efectos secundarios, la prescripción de los mismos deberá
ser realizada por personal sanitario especializado. Pero no
se relaje, la posibilidad de contraer paludismo no desaparece
de forma absoluta con la medicación. Tal es así que si
durante el viaje aparecieran síntomas como fiebre, sudoración
y escalofríos, aún tomando profilaxis medicamentosa,
deberá consultar sin demora a un médico. Asimismo, como
ningún medicamento está libre de efectos secundarios, no
deben prescribirse si no hay un riesgo verdadero de contraer
la enfermedad. Para que la quimioprofilaxis tenga
efectividad deberá seguir tomándose durante cuatro semanas
después de haber abandonado la zona palúdica, ya que
el parásito que produce la enfermedad puede permanecer
acantonado en el hígado durante ese período de tiempo.