El golf es uno de los deportesen auge en nuestro país.Su realización al aire libre, porlo general en plena naturaleza,lo hace especialmente atractivopara una buena parte de lapoblación que gusta de lapráctica de un deporte apacible,sin grandes movimientosviolentos, carreras o encontronazos.Esto explicaría el vertiginosoaumento de…
El golf es uno de los deportes
en auge en nuestro país.
Su realización al aire libre, por
lo general en plena naturaleza,
lo hace especialmente atractivo
para una buena parte de la
población que gusta de la
práctica de un deporte apacible,
sin grandes movimientos
violentos, carreras o encontronazos.
Esto explicaría el vertiginoso
aumento de golfistas
en España, donde se ha pasado
de 68.000 golfistas registrados
en 1990 a los más de
166.000 actuales. Un deporte
que, además, no discrimina
por razón de edad: desde jubilados
a benjamines menores
de 10 años disfrutan de su
práctica.
Sin embargo, su inicial
apariencia de deporte en extremo
'sano', suele albergar
lesiones de diversa consideración
y, entre ellas, las más
importantes son las que atañen
a la espalda, circunstancia
que hace necesario, como
en cualquier otro deporte,
mantener una buena condición
física para evitar complicaciones.
De acuerdo con la Fundación
Kovacs, las características
propias de este deporte obligan
a la adopción de posturas
forzadas y realización de movimientos
bruscos, que son factores
de riesgo para padecer
lumbalgia. El jugador de golf
está expuesto a un mayor riesgo
de sufrir dicho trastorno
debido a la reiterada flexión a
que es sometida la columna,
especialmente en rotación,
por lo que la creciente afición
a este deporte ha provocado
un aumento de esta dolencia.
En Estados Unidos se ha
podido comprobar que más
del 80% de las lesiones que
padecen los golfistas profesionales
a lo largo de una temporada
en el Circuito Americano
se centran en la espalda. Entre
los amateurs, se ha calculado
que esta zona sufre aproximadamente
ocho veces más lesiones
que cualquier otra parte
del cuerpo.
El 'swing'
Las lesiones de espalda durante
la práctica del golf surgen
habitualmente por sobrecarga
muscular, contracturas o esguinces
que se producen
cuando se efectúa el clásico
movimiento de golpear fuertemente
la pelota para lanzarla
lejos, en dirección al hoyo correspondiente.
En la jerga golfista
este movimiento es conocido
como 'swing' (torsión,
oscilación, giro) que obliga a
doblar la espalda hacia atrás y
girar con energía y brusquedad
los músculos de la zona,
que se ven forzados al máximo
para que el golpe sea lo
más potente y efectivo posible.
Tal movimiento requiere
una gran flexibilidad de caderas,
hombros y de la parte más
baja de la espalda, que es la
región en principio más forzada
en estos casos.
Es obvio señalar que realizar
tales movimientos sin preparación
física, tarde o temprano
va a desembocar en
una lesión. Lo mismo cabe
decir de la posición denominada
'stance', que tiene lugar
cuando el jugador se inclina
desde la cintura hacia la bola,
en vez de tirar las caderas hacia
adelante. Si esta postura
se hace mal, el dolor de espalda
está asegurado. La inclinación
y giro de la columna
cuando se golpea la pelota
agudiza el riesgo en la persona
carente de técnica. Por
otro lado, las vibraciones producidas
por el palo tras golpear
la pelota pueden, asimismo,
contribuir a perjudicar la
columna vertebral.
El 'swing' es un movimiento
poco natural que se
desarrolla a una enorme velocidad,
concretamente, la velocidad
de la cabeza del palo supera
los 160 kilómetros/hora
en menos de dos décimas de
segundo. Como consecuencia,
se produce una gran fuerza de
compresión en la columna
lumbar (más de ocho veces el
peso del propio cuerpo), que
es mayor en los amateurs que
en los profesionales. Para hacerse
una idea de lo que esto
significa, cabe hacer la comparación
de que remar genera
una fuerza de siete veces el
peso del cuerpo y correr unas
tres veces, por lo que el golf es
un deporte más exigente físicamente
de lo que a primera
vista podría parecer.
Prevención
La Escuela Española de Espalda,
de la Fundación Kovacs,
recomienda la adopción de
algunas medidas de prevención
para quienes practican
golf. Así, sugiere, por ejemplo,
flexionar las rodillas al inclinar
la columna, realizar un
calentamiento físico de 15
minutos antes de empezar a
jugar, utilizar material deportivo
de calidad, evitar la rigidez
y flexionar siempre las rodillas
al golpear la pelota. En
general, los expertos consideran
que lo más importante es
hacer estiramientos antes, durante
y después de practicar
este deporte.
Más información:
www.espalda.org
www.golfysalud.com