Si es de los que se pasa todo
el verano tumbado al sol y el
resto del año en una máquina
de rayos ultravioleta es hora de
que deje de poner en riesgo su
salud y opte por la que ya es la
alternativa más segura para estar
bronceado: los autobronceadores.
Con estos productos se consigue
el bronceado sin tener que
dejar la salud a merced del sol o
de las cabinas de rayos UVA. Los
autobronceadores simplemente
tiñen las células muertas de la
epidermis, es decir, la capa más
superficial de la piel, sin generar
ningún efecto a nivel más profundo.
Por eso, cuando a los tres
o cuatro días tiene lugar el proceso
de regeneración natural, las
células teñidas desaparecen y
con ellas el bronceado. Para seguir
morenos, hay que volver a
aplicar el producto.
Dada su inocuidad, los autobronceadores
se han convertido
también en una solución
para aquellas personas con
pieles sensibles que no pueden
ponerse al sol ni someterse a
una sesión de rayos UVA y que,
por tanto, nunca han disfrutado
de una piel bronceada.
No protegen
frente al sol
Los dermatólogos sólo ponen
un pero. Mucha gente piensa
que basta con echárselo para
estar también protegido contra
los efectos del sol. Nada más
lejos de la realidad. La Sociedad
Española de Medicina Estética
(SEME) alerta sobre los
peligros que conlleva el uso de
productos cosméticos autobronceadores
sin la debida
protección solar. Estos productos
no realizan ninguna función
de filtro frente a los rayos
solares, por lo que su uso, sin
combinarlo con dicha protección,
puede acarrear quemaduras
y manchas y, a largo plazo,
la aparición de melanomas.
Para evitar estos peligros la
SEME recomienda utilizar
siempre el mayor índice de
protección posible al tomar el
sol, aunque nuestra piel sea
morena, ya que el bronceado
no depende del factor de protección
solar de la crema utilizada,
sino de la capacidad de
la piel para fabricar melanina,
defensa natural ante el sol. Por
ello, una piel morena siempre
se bronceará mejor que una
clara, aunque el factor de protección
usado sea alto. Al usar
el protector solar, tres normas
de oro: aplicarlo al menos media
hora antes de tomar el sol
sobre la piel completamente
seca, de forma generosa y renovar
la aplicación cada dos
horas.
Sin manchas
ni malos olores
Olvídese de los primeros autobronceadores
que dejaban la
piel anaranjada y con manchas
antiestéticas y que eran pegajosos
o incluso olían mal. Nada
de eso ocurre con los autobronceadores
actuales, que
consiguen un bronceado mucho
más natural. Muchos de
ellos contienen un ingrediente
clave: un principio activo llamado
dihidroxiacetona (DHA).
Cuanto mayor sea la concentración
de DHA en el producto
autobronceador más oscuro
será el tono que se obtenga
tras su aplicación. Por eso ha
de fijarse siempre en este detalle
a la hora de comprarlo y
escoger el que mejor le convenga.
En el resultado final
también influye el tipo de piel
pues las más secas se autobroncean
más rápidamente
que las grasas.
La industria cosmética incluso
ha dado ya un paso más
y ha creado una nueva generación
de autobronceadores
con activos vegetales que dejan
un bronceado aún más natural,
sin el tono anaranjado
que, en ocasiones, se achaca
al DHA.