'Álvaro nació con sólo un
kilo y doscientos gramos
a las 28 semanas de gestación.
Como me indicó el
médico, mi hijo era un gran
prematuro. Yo aún no sabía a
lo que me enfrentaba.
Todo comenzó así: acababa
de pasar la revisión de los seis
meses, en la que estaba todo
bien, cuando a los dos días me
levanté bastante mareada y con
sensación de hinchazón. Al ir al
médico de cabecera y comentarle
los síntomas, me tomó la
tensión. Sin decirme exactamente
qué pasaba, me pidieron un
taxi y me enviaron a urgencias
de la Maternidad. Allí ingresé
con una tensión de 20/11 y un
diagnóstico claro, preeclampsia
grave. Sólo llevaba embarazada
26 semanas y tras una semana
ingresada intentando controlar
la tensión y otras constantes, tuvieron
que inducirme un parto
mediante cesárea. Ese día cumplía
la semana 28'.
Hace años asegurar la supervivencia
de Álvaro podría
considerarse un milagro, pero
los avances tecnológicos y médicos
de los servicios de Neonatología
han permitido disminuir
la mortalidad perinatal a unas
cifras impensables hace décadas.
En la actualidad, la tasa de
supervivencia de los bebés prematuros
con peso inferior a
1.500 gramos es superior al 80
por ciento. Pero aunque es un
gran avance, el mayor reto de la
medicina actual es evitar posibles
secuelas relacionadas con la
inmadurez de los prematuros.
Ya en el hospital los prematuros
se enfrentan con grandes
problemas como lesiones cerebrales,
cardiopatías y problemas
respiratorios que suelen conllevar
una enfermedad crónica, la
displasia broncopulmonar. También
pueden sufrir sepsis (infecciones)
y anemias que obligan a
numerosas transfusiones durante
su estancia hospitalaria.
'Álvaro estuvo ingresado 3
meses, ya que era imposible
que dejara el soporte de oxígeno,
y de hecho el alta se produjo
con oxigenoterapia domiciliaria.
A los quince días de estar en
casa tuvo dos ingresos más por
bronquiolitis. Además, tuvo una
lesión cerebral en el área motora
(leucomalacia periventricular)
que le ha llevado a estar dos
años en un centro de atención
temprana para recibir sesiones
de fisioterapia y estimulación',
nos cuenta su madre.
'Actualmente Álvaro tiene
dos años y medio, hace una
vida totalmente normal, está
escolarizado desde los dos
años, anda y habla perfectamente,
y muestra un desarrollo
evolutivo acorde con su
edad real que le ha permitido
recibir el alta en su Centro de
Atención Temprana.'
Pero sus padres han vivido
todo un rosario de visitas médicas,
ingresos y consultas a especialistas.
'Principalmente fue la
sensación de descontrol,' -nos
cuenta Marta- 'se rompen todas
tus expectativas sobre tener un
bebé, porque un niño prematuro
no tiene nada que ver con un
bebé a término. Además, es difícil
establecer el vínculo rápidamente,
cuando está en una UCI
y tu contacto con él es escaso.
En nuestro caso se unió el hecho
de que teníamos otro niño de
un año en casa y la logística diaria
se complicó bastante'.
Madres y padres
proactivos
Muchas madres y padres de
niños prematuros tienen que
establecer ese vínculo del apego
en unas situaciones complicadas
y dramáticas. 'Por eso
es fundamental, -nos comenta
Marta-, que los padres realicen
el 'Método Madre Canguro'
tan pronto sea posible y que,
desde el primer momento,
acaricien y hablen a su bebé.
Así mismo, la lactancia materna,
además de los beneficios
que tiene para el niño, ayuda
a formar el vínculo del apego
de una manera más rápida así
que también es primordial'.
Desde la Asociación de Padres
de Niños Prematuros
(APREM) se recomienda la práctica
de la lactancia materna y el
método canguro: 'Además de
las mejoras físicas para el bebé
(ganancia de peso, termorregulación
reducción de apneas, impulso
de la lactancia materna,...),
se comprueba que se produce
aumento de la confianza de las
madres en el cuidado de sus hijos.
Los padres y las madres en
ese momento están pasando
por un gran estrés emocional y
estar en contacto directo piel
con piel les ayuda a establecer
un gran vínculo con su hijo',
nos comenta Carmen Fernández,
Presidenta de APREM.
Además, mantener esta actitud
proactiva desde el primer
momento beneficia tanto a la
evolución de los niños prematuros
como a las familias. Cuando
los padres llegan a casa con
sus hijos siguen viviendo en su
mayoría otra carrera de obstáculos
ya que por su falta de inmunidad
son niños que deben
permanecer aislados. Como nos
cuenta Marta, 'las precauciones
fueron muchas, principalmente
porque nos fuimos con oxígeno
y monitores. Había que tener
cuidado porque teníamos a
otro niño, escolarizado, que era
una fuente de posibles infecciones.
Intentamos extremar las
medidas de higiene y limitar
muchísimo las visitas'.
'Desde el nacimiento de un
niño prematuro, mi vida se convirtió
en una carrera de obstáculos.
Una vez superados los días
de hospitalización y la adaptación
al hogar todo es difícil, ya
que los padres no podemos bajar
la guardia porque un niño
prematuro puede tener distintos
problemas a lo largo de su desarrollo.
Es fundamental, además,
que reciban una derivación a los
servicios de atención temprana,
como la fisioterapia, la estimulación
o la logopedia, para prevenir
problemas futuros y ayudarles
a tener un desarrollo semejante
al de un niño a término'.
'Hoy en día hay una mayor
conciencia social sobre el problema
de los prematuros pero
todavía nos queda mucho por
hacer', insiste Carmen Fernández.
'La evolución de los niños
prematuros no es lineal, no empiezan
estando muy mal y luego
van mejorando, sino que en
el camino tienen retrocesos que
suponen un duro golpe para los
padres. es por esto fundamental
que pregunten mucho, que
hablen mucho con los profesionales
sanitarios de su hijo para
que les aclaren todas las dudas
que puedan tener. Que pidan
ayuda psicológica si se encuentran
mal, y que no se sientan
diferentes o débiles por ello. Ver
sufrir a un hijo es una de las peores
experiencias que pueden
tener unos padres y para eso
están los profesionales'.
'Además, es importante
saber que pueden apoyarse en
las Asociaciones de Padres que
han pasado por lo mismo, que
son los que mejor les van a entender,
y que les van a dar una
perspectiva de cara al futuro
muy válida' -comenta Marta.
Nacer prematuramente o
'antes de tiempo' es el reto de
estos valientes niños y sus familias
que luchan día a día en su
carrera de fondo por la vida.
Más información:
www.aprem-e.org