Colgados del teléfono móvil
o internet, enganchados
a los chats o al messenger,
son algunas de las características
que distinguen a los niños
y adolescentes de nuestro
tiempo y que, a simple vista,
podrían pasar por meras herramientas
que les distraen y
entretienen. Sin embargo,
cuando estas aficiones se convierten
en adicción, es cuando
comienzan a surgir los problemas.
Lo cierto es que no se
trata de un hecho aislado ya
que hasta el 12% de los adolescentes
de nuestro país abusan
del móvil o de internet,
aunque se desconoce cuántos
de ellos terminarán convirtiéndose
en casos patológicos.
En opinión del doctor Javier
San Sebastián, jefe de la
Unidad de Psiquiatría Infanto-
Juvenil del Hospital Universitario
Ramón y Cajal de Madrid,
'es cierto que cada vez se da
más este tipo de adicciones a
las nuevas tecnologías y quizás
las más invalidantes sean las
de internet, videojuegos, chat,
messenger, apuestas, telefonía
móvil, etc.'. Todas ellas producen
desequilibrios en el niño al
impedir su sociabilidad y entorpecer
su desarrollo. 'Finalmente,
el niño se esclaviza al
igual que le ocurre al consumidor
de drogas. Y las consecuencias
no distan mucho de
aquellas: fracaso escolar y social,
alteraciones de la conducta,
autismo y encerramiento
progresivo en sí mismo', explica
este experto.
Origen biológico
Por su parte, el doctor Jesús de
la Gándara, jefe del Servicio de
Psiquiatría del Complejo Asistencial
de Burgos, se ha dedicado
a investigar el cerebro
humano para buscar un origen
biológico que condicione
dichas adicciones. Tal y como
apunta, la adicción a una tecnología
o a un comportamiento
tiene que ver con la dopamina,
una sustancia que está
relacionada con los circuitos
de recompensa, la noradrenalina,
vinculada a la excitación,
y las endorfinas, también conocidas
como hormonas de la
felicidad.
Entre las soluciones disponibles
para atajar esta problemática,
el doctor De la Gándara
apunta, en primer lugar, a
terapias de conducta que implican
al niño, a la familia o a
ambos y reseña la existencia
de algunos fármacos que pueden
ayudar a disminuir la impulsividad.