En el año 2004 Caixa Manresa
creó la Fundación Alicia
(Alimentación y Ciencia). Tres
años después, con la colaboración
de la Generalitat de Catalunya
y Ferran Adriá se construyó
físicamente en forma de gran
edificio en Sant Fruitós del Bagés,
como un centro donde investigar
sobre la alimentación
en aquellos individuos que no
toleran determinados alimentos.
Las personas que se ven
obligadas a seguir una dieta
muy restringida por intolerancias
se deprimen y se cansan
de una comida "sin alegría". Y
ahí entra en funcionamiento la
Fundación Alicia, que da cursos
a cocineros y particulares
de cómo hacer agradable un
plato a un enfermo que sueña
con comer lo que puede matarle.
Como en el mundo de la
Alicia de L. Carroll, donde había
galletas que te aumentaban
o disminuían la estatura
con un sólo mordisco, aquí
enseñan a hacer tortilla de patatas
con nata rebajada con
agua a la que se añade azafrán
infusionado, patatas cortadas
en cuadraditos y un poco de
agar-agar para espesar. Entre
otras cosas, enseñan a sustituir
las harinas de trigo por las de
arroz o garbanzo para celíacos.
Además, en colaboración
con la Universidad de Barcelona
se investiga en la creación
de mayonesas para consumidores
con intolerancias.
Han creado un recetario
para la Asociación Española
contra el Cáncer ya que los
enfermos que sufren terapia
con radio o quimioterapia sufren
de sequedad bucal y problemas
de deglución; para
ellos un canelón de mango,
suave al paladar, puede ser
una fiesta. Los platos se actualizan
según la temporada y en
la web (www.muchoxvivir.org)
se pueden encontrar sugerencias
para paliar los trastornos
digestivos que padecen estos
enfermos.
También hay recetas para la
fibrosis quística, con platos fríos,
energéticos pero reducidos de
tamaño, con gran aporte de vitaminas,
fibras y antioxidantes.
En resumen, la nueva cocina
no quiere ser solamente un
hábil juego de pirotecnia llamativa,
sino ayudar a las personas
con problemas de alimentación.
Si ese es su caso,
visite www.alicia.cat