Madrid (10/12-5-08).- Doce nuevas Facultades de Medicina planean en toda España. De estas 12 Facultades, cuatro irían a parar a Madrid, como anunció, hace algunos meses, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre. El resto se repartirían entre Cataluña, tres. Valencia, dos. y Murcia, Baleares y Andalucía, con una respectivamente. Visto así, cualquiera diría que es fácil poner en marcha un 'monstruo' de estas características, aunque quizás lo más complicado sea su mantenimiento en base a unos presupuestos poco ajustados a la realidad.
En la actualidad, España cuenta con 28 Facultades de Medicina, de las que únicamente dos son privadas (las de Navarra y San Pablo CEU). Mientras éstas se financian fundamentalmente a través de las matrículas de sus estudiantes -que llegan a rondar los 9.000 euros por alumno y año-, las 26 escuelas restantes tienen que ceñirse al reparto que hacen las Universidades dentro de sus presupuestos, que contemplan los fondos concedidos anualmente por las comunidades autónomas, y que suelen estar a disposición del público.
El modelo de distribución a centros contempla como parámetros básicos la capacidad física de cada uno de ellos, su personal (tanto docente como de administración y servicios) y los alumnos, así como el grado de experimentación de los estudios que se cursan. Esto permite adecuar la asignación presupuestaria de cada escuela a la realidad del momento. A diferencias de los presupuestos de las Universidades privadas, los de las públicas tienen que elaborarse siguiendo un modelo único y equilibrado. es decir, igualando los ingresos y los gastos.
Por su parte, 'los propios profesores de las Escuelas de Medicina 'ya sean éstas públicas o privadas- suelen recabar fondos para sus proyectos de investigación, que solicitan a entidades europeas, nacionales, autonómicas e, incluso, locales', ha apuntado el profesor José María Peinado, decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Granada y actual presidente de la Conferencia de Decanos de Facultades de Medicina. Las propias Universidades suelen contar con programas específicos de ayudas, aunque la financiación que aportan difícilmente podría abarcar a todos.
Los gastos básicos que tiene que asumir una Facultad de Medicina tienen que ver con el mantenimiento de su edificio, 'cuyas instalaciones suelen estar anticuadas en la mayoría de ellas', y la tecnología con la que se dotan. Además, los tres últimos años de formación necesitan de un centro hospitalario para la realización de las prácticas por parte de los alumnos, lo que requiere la firma de convenios fundamentalmente económicos. Los costes del personal son, sin duda, los más importantes, aunque suelen correr a cargo del presupuesto general de la Universidad.
'Un gran problema' para los rectores
En opinión del profesor Peinado, las Facultades de Medicina 'constituyen un gran problema para los rectores de las Universidades en que se ubican, ya que tienen muchos gastos y un sistema que no entienden bien'. Los decanos de esta rama también les hacen llegar bastantes más demandas que los de cualquier otra. En términos generales, 'tenemos la urgente necesidad de renovar las metodologías didácticas actuales, trabajar en grupos más pequeños y dotarnos de las tecnologías adecuadas, algo en lo que llevan ventaja las privadas'.
El presidente de los decanos ha reconocido que existen diferencias importantes entre comunidades autónomas e, incluso, entre Universidades, ya que hay rectores que apuestan mucho por sus Facultades de Medicina (es el caso de la Universidad de Granada, que ha creado un gran campus para esta especialidad), y otros que apenas las tienen en cuenta. 'La política del rectorado no suele ser equitativa, ya que depende en gran medida de la buena o mala relación que tenga la dirección con los diferentes decanos', comenta el profesor Peinado.
'El reparto económico entre las diferentes Facultades se hace de manera equitativa y en base a unos criterios homogéneos', según el profesor Carlos Berzosa, rector de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), cuyo presupuesto, disponible en la página web www.ucm.es, es aprobado primeramente por sus órganos de gobierno, donde están presentes todos los centros, y posteriormente ratificado por el Consejo Social. 'De ninguna manera, la partida de cada escuela está destinada a sufragar los gastos de personal, luz, limpieza, gas, seguridad o teléfono, ya que son asumidos por la propia Universidad'.
Financiación autonómica, a través de los contratos programa
En el caso de la Comunidad de Madrid, las seis Universidades existentes reciben los fondos concedidos por el Gobierno autonómico a través de dos contratos programa: uno de financiación global, con el que éstas pagan a todo su personal, y otro de inversión en infraestructuras, para obras y pequeñas reparaciones. Básicamente, 'el dinero que reciben las Facultades en los presupuestos universitarios sirve para que éstas hagan frente a otros costes de funcionamiento'. En el caso concreto de la Facultad de Medicina de la UCM, esta partida ha sido de 1,37 millones de euros para 2008.
El presupuesto global de la UCM para este año asciende a 607,2 millones de euros, lo que supone un incremento del 7 por ciento con respecto al ejercicio anterior. Del montante total, 346,8 millones corresponden a la aportación hecha este año por la Comunidad de Madrid al contrato programa de financiación global (un 2 por ciento más que en 2007), firmado en 2005, y 41 al acuerdo de inversión en infraestructuras (un 9 por ciento más que el año anterior), rubricado en 2006. La Universidad también ha destinado 25 millones de euros a los programas de investigación. 'Los ingresos de operaciones corrientes se han incrementado en un 3,25 por ciento y los de operaciones de capital en un 28 por ciento', añade el rector de la UCM.
'Las Facultades de Medicina cuentan generalmente con más profesorado que cualquier otra, al tener que atender la formación hospitalaria', comenta el profesor Berzosa. Aunque este criterio objetivo implica más fondos a la hora del reparto, la propia escuela también puede obtener ingresos adicionales a través de los máster, posgrados y cursos de formación continuada que imparta. 'El centro también dispone de unas instalaciones (salón de actos y aulas) que puede alquilar en los momentos en que no tienen uso académico, y percibir así una parte de los ingresos (la otra es para la Universidad)', explica.
En el caso de las Universidades públicas de Cataluña, 'una parte de la financiación que reciben de la Generalitat para gastos de funcionamiento está condicionada al cumplimiento de determinados objetivos en los ámbitos de la docencia, la investigación y la gestión universitaria', según explica Joan Majó, director general de Universidades de la Consejería de Innovación, Universidad y Empresa del Gobierno catalán, que repartió 755,3 millones de euros en 2007, con un incremento del 11,44 por ciento con respecto al año anterior, y 838 en 2008 (un 10,95 por ciento más que en el ejercicio anterior).
En lo que se refiere al ámbito de la docencia, 'dichos objetivos se plantean como una mejora de su eficacia y eficiencia, una adaptación de las plantillas a las demandas sociales, una mayor participación de los agentes sociales en la elaboración de los planes de estudios y la extensión de la lengua ingles en el medio universitario', apunta. Por su parte, los únicos recursos públicos que reciben las Universidades privadas de manos de la Generalitat de Cataluña provienen de las convocatorias abiertas que se publican para financiar determinadas actuaciones que atañen al conjunto del sector.
Como ya se ha dicho, la Administración central suele publicar convocatorias abiertas para la financiación de proyectos de investigación, principalmente a través de los Ministerios de Sanidad y Consumo, y de Educación. No obstante, esta partida representó en 2006 un 6,55 por ciento de los ingresos totales de las Universidades públicas catalanas. 'El papel, apenas relevante, que juega el Estado en la financiación de estos organismos es la consecuencia lógica de la transferencia de competencias en materia de educación', afirma el representante catalán.
Por otro lado, la Generalitat de Cataluña ha aprobado recientemente la creación de 220 plazas de Medicina más para el próximo curso, en tres nuevas Facultades. Las Universidades Pompeu Fabra y Autónoma de Barcelona ofrecerán dicha titulación de manera compartida, mientras que las de Gerona e Internacional de Cataluña acogerán las dos escuelas restantes (la última de ellas privada). 'Se hará un esfuerzo considerable por dedicar recursos económicos suficientes para financiar la ampliación de estudios prevista', concluye Majó.
Lógicamente, la financiación de las Facultades privadas de Medicina es bastante más libre que la de las públicas, que 'cuestan mucho más dinero a las Administraciones autonómicas y cuya existencia puede llegar a depender únicamente de criterios políticos', apunta la profesora María Pilar Civeira, decana de la Facultad de Medicina de la Universidad de Navarra. Es por ello que 'hay que perder el miedo a crear Universidades privadas y poner en marcha una buena política de becas', medida esta última que considera 'más justa y económica'.
Aunque las matrículas son considerablemente más elevadas que en las Facultades públicas, los alumnos de las escuelas privadas también pueden solicitar ayudas en convocatorias de distintas entidades.
Dedicación docente casi exclusiva
En relación con el profesorado, 'la plantilla de las Facultades privadas de Medicina no puede incrementarse indiscriminadamente, tal y como sucede en muchos departamentos de las Universidades públicas, y los maestros han de dedicarse casi exclusivamente a la docencia, en detrimento de sus tareas investigadoras', afirma la decana de la Universidad de Navarra. Además, 'para que estas escuelas se doten de los medios materiales y técnicos necesarios para ofrecer una excelente formación, la Universidad debe buscar otras fuentes de financiación'.
Las Facultades privadas compiten con las públicas en metodología didáctica, grupos de alumnos más reducidos y tecnologías más avanzadas
Junto a las matrículas, otro de los sustentos básicos de las Facultades privadas de Medicina está en los recursos que recaban los profesores con sus líneas y proyectos de investigación. Aunque 'el decanato no suele contar con fondos para este cometido, el Plan de Investigación de la Universidad de Navarra (PIUNA) proporciona ayudas económicas para determinados proyectos', explica la profesor Civeira. Éstas son básicamente de tres tipos, y las solicitudes han de presentarse ante la Comisión de Investigación.
Por otro lado, 'un cierto número de profesores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Navarra se benefician de la financiación obtenida por el Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA), pues allí desarrollan su labor investigadora diaria', destaca. Esta institución nació en 2004 para dar respuesta organizada y sistemática a la necesidad de combatir enfermedades que son causa frecuente de sufrimiento y que, todavía hoy, no tienen curación. 'Pone la investigación biomédica al servicio de la práctica clínica'.
Por otra parte, 'el papel que juegan los laboratorios farmacéuticos en la financiación de la investigación que se hace en las Facultades de Medicina es pequeño, aunque nos encontramos ante un valor en alza', destaca la profesora Inma Castilla de Cortázar, decana de la Facultad de Medicina de la Universidad San Pablo-CEU, de Madrid. En este contexto, la industria se está centrando fundamentalmente en el desarrollo de ensayos clínicos, aunque también proporciona apoyo a algunos profesionales del ámbito universitario en congresos y reuniones.
Poner en marcha una escuela para formar médicos 'es una de las empresas más caras y complejas que alguien se pueda proponer, al menos dentro de la Universidad'. Se requiere un profesorado cualificado, 'que no se improvisa, y medios materiales y técnicos especializados, que están sometidos a una continua modernización. es decir, un hospital bien equipado y con un cuadro médico que se desviva por curar a su enfermos mientras enseña a sus alumnos', recalca. A este respecto, se dice jocosamente que 'el infierno de un rector tiene dos Facultades de Medicina'.
'No cabe duda de que la formación que se imparte en las 28 Facultades españolas de Medicina es de gran calidad, existiendo una unidad de criterio notable entre todas ellas', según la decana de la Facultad de Medicina de la Universidad San Pablo-CEU. No obstante, el principal valor añadido de las escuelas privadas está en el número de alumnos por clase, que es considerablemente más pequeño que en las públicas. Esto 'propicia una estrecha relación con el profesor, algo que sigue siendo muy relevante en una carrera tan compleja como ésta', destaca.
La Universidad San Pablo-CEU ha firmado recientemente un convenio con el Grupo Hospital de Madrid (HM) que 'abre unas posibilidades imponentes no sólo en el ámbito docente, sino también en la articulación de cinco líneas prioritarias de investigación: terapia celular, oncología, neurociencias, envejecimiento y trasplantes', expone la profesora Castilla de Cortázar. Este tipo de acuerdos permiten a los alumnos de Medicina realizar sus prácticas en las mejores condiciones posibles, dado que no es habitual contar con un hospital propio, como ocurre en la Universidad de Navarra.
Ejemplo de futuro
La Facultad de Medicina de la Universidad de Cádiz (UCA) es una de las escuelas públicas de este ámbito por las que su rectorado ha hecho una clara apuesta de futuro, ya que uno de sus proyectos estratégicos y prioritarios es la construcción de un nuevo edificio que la hospede. Además, se está instando a las Administraciones correspondientes para que éste se ubique, con todo su potencial docente e investigador, al lado del nuevo hospital de referencia de la provincia. 'Nuestra ciudad será la que más se beneficié de los resultados de esta situación', comenta el profesor Diego Sales, rector de la UCA.
A este respecto, el profesor Sales no cree que los rectores malentiendan los presupuestos de sus Facultades de Medicina, aunque 'la denuncia que hacen sus decanos es lógica y comprensible'. El rectorado de la Universidad de Cádiz 'hace una distribución rigurosa de los fondos en función de las necesidades y características de los distintos centros, y las partidas se adjudican de la manera más equilibrada, justa y solidaria posible', añade. La cuantía final también depende del cumplimiento de los contratos programa firmados con las distintas escuelas.
En Cataluña, una parte de la financiación que las Universidades reciben de la Generalitat para su funcionamiento está condicionada al cumplimiento de unos objetivos
Al igual que ocurre con las Universidades públicas catalanas, el nuevo modelo de financiación de las andaluzas tiene parámetros de corrección en función del cumplimiento de determinados objetivos, y de la calidad medida y demostrada, lo que supone un porcentaje de financiación complementario. En el caso concreto de la Facultad de Medicina de la UCA, 'un elemento de referencia cada vez más relevante está constituido por la generación de conocimiento a través de la investigación en biomedicina, una exigencia que cuenta con una fundación específica y que dispondrá próximamente de un instituto mixto UCA-Servicio Andaluz de Salud'.
Estudio riguroso de necesidades de médicos
La Conferencia de Decanos de Facultades de Medicina, encabezada por el profesor Peinado, se ha posicionado en contra de la apertura de nuevas Facultades de Medicina, 'siempre y cuando no esté basada en un riguroso estudio de necesidades de médicos, por comunidades autónomas y por especialidades'. El Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM) opina lo mismo, y su secretaria, Belinda Montalbán, añade que 'la estadística actual de la Organización Médica Colegial (OMC) refleja que España es el segundo país de la Unión Europea con mayor tasa de médicos por número de habitantes'. Por esta razón, 'queremos que las cosas se hagan bien, velando por la calidad de la formación, y porque dentro de 10 años no se cree una bolsa de paro como la de los años 80'.