Redacción, Madrid.-El ictus genera en España de 120.000 a 130.000 nuevos casos al año, Aproximadamente el 80% de los ictus son infartos y el 20 por ciento hemorragias. La prevalencia (número de personas afectadas entre casos antiguos y nuevos incidentes) es de 950.000 personas. El 55 por ciento de los pacientes con ictus quedan discapacitados o fallecen. Por ello, constituye la primera causa de discapacidad física en la población adulta: 80.000 personas mueren al año o quedan discapacitadas como consecuencia de un ictus, según datos ofrecidos por la Sociedad Española de Neurología, a través de un informe hecho público, con motivo del Día del Ictus, celebrado ayer 21 de noviembre (ver EL MEDICO INTERACTIVO, sección Sociedades Científicas).
Esta patología es, además, la primera causa de discapacidad física a largo plazo en el adulto, la segunda de demencia, e interviene de forma muy significativa en la expresión de la primera causa (enfermedad de Alzheimer).
La patología cerebrovascular aguda constituye la segunda causa de mortalidad en España, y es la primera en la mujer (Fuente I.N.E. 2002). Representa el 10 por ciento de la mortalidad total (8 por ciento en los hombres y 12 por ciento en las mujeres mueren como consecuencia de un ictus). Esto se traduce en una tasa de mortalidad por ictus (fallecidos por ictus por cada 100.000 habitantes) de 87,01. Si se hace una diferenciación por sexos, entre las mujeres 99,86/100.000 mueren por ictus y entre los hombres 73,67/100.000.
Según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística correspondientes a 2002, en ese año se produjeron 35.957 fallecimientos por ictus de los que 21.018 fueron mujeres, lo que supone el 58.1 por ciento de muertes por esta enfermedad. Esto implica que un español pierde la vida cada 14 minutos por un ictus.
Segundo lugar respecto
a la carga de la enfermedad
Además, el ictus ocupa el segundo lugar en lo que la carga de enfermedad se refiere, en toda Europa. En este continente un 23 por ciento de los años de vida sana perdidos y un 50 por ciento de los AVD (Años de vida con discapacidad) se deben a enfermedades cerebrales.
Respecto a la medida clave de la pérdida de salud, los años de vida ajustados por discapacidad (AVAD) o años de vida perdidos por muerte prematura + años vividos con discapacidad) el 35 por ciento se debe a enfermedades cerebrales. El 6,8 por ciento de los años de vida ajustados por discapacidad son debidos a las enfermedades cerebrovasculares. La enfermedad de Alzheimer y otras demencias son responsables del 3 por ciento y los accidentes de tráfico del 2,5 por ciento de los AVAD.
Asimismo, la carga provocada por las enfermedades cerebrovasculares está aumentando rápidamente debido al envejecimiento de la población en Europa.
Las tres cuartas partes de los ictus afectan a pacientes mayores de 65 años, y debido a las previsiones de población en las que España, según la OMS, será en el año 2050 de las poblaciones más envejecidas del mundo, se prevé un incremento de la incidencia de esta patología en los próximos años.
De hecho estas predicciones ya se están cumpliendo. Según datos de la Encuesta de Morbilidad Hospitalaria se produce un incremento constante de pacientes ingresados con el diagnóstico principal al alta de enfermedad cerebrovascular; en el año 2003 alcanzo la cifra de 114.498 casos, observándose un incremento de la tasa por 100.000 habitantes a lo largo de los años y que en el año 2003 fue de 268.
Atención al paciente con ictus
Un estudio, realizado en el año 2004-2005 y en el que participaron 88 hospitales españoles representativos de los tres niveles de asistencia hospitalaria, demuestra, según esta Sociedad Científica, que la atención neurológica especializada se traduce en una mejor evolución durante la estancia del paciente en el hospital. Así, los pacientes atendidos por un neurólogo presentan un riesgo 3 veces menor de fallecer, 2 veces menor de presentar complicaciones y 2 veces mayor d quedar independientes. Una persona más de cada 10 que son atendidas por un neurólogo puede volver a su domicilio. Esta evolución se sigue manteniendo seis meses después, tiempo en el que los pacientes que recibieron atención neurológica seguían presentando dos veces más posibilidades de ser independientes y una reducción a la mitad de probabilidades de tener un nuevo ictus o de sufrir un episodio vascular (coronario o periférico).
A pesar de estos resultados, y según datos del mismo estudio, en España una cuarta parte de los pacientes con ictus que ingresan en un hospital todavía no reciben la atención especializada de un neurólogo.
Teniendo en cuenta estos resultados y según la incidencia de ictus en nuestro país, si todos los pacientes recibiesen atención neurológica se podrían evitar cada año en España más de 1.933 muertes, 1.859 nuevos ictus, 2.778 episodios vasculares y más de 5.520 muertes o dependencias funcionales. El ingreso de los pacientes en Unidades de Ictus disminuye la mortalidad en un 17 por ciento y la mortalidad o dependencia funcional en un 25 por ciento.
Tratamiento
En España, existen 49 centros acreditados para la aplicación de tratamiento trombolítico. Hasta el momento, la tasa de pacientes tratados con trombólisis en España es de 12 casos por millón de habitantes (una media de 30 pacientes al mes), lo que supone tan sólo un 3 por ciento de los pacientes con ictus. Esto está motivado en parte por el retraso en la llegada a los hospitales (el tratamiento sólo se puede administrar en las tres primeras horas), y en parte porque muchos centros no disponen de los medios necesarios para su correcta administración.
El 50,9 por ciento de los pacientes tratados quedan sin secuelas o con secuelas menores y en situación de independencia frente a aproximadamente el 25 por ciento de los que no son tratados con él, por lo que, tal como concluye la SEN, 'parece evidente la utilidad de implementar su administración mejorando la capacidad de nuestros hospitales y esforzarse en la estrategia de la información a la población para que acuda urgentemente al hospital ante los síntomas de alarma'.