EL PERIÓDICO DE LA FARMACIA 1ª Quin./Noviembre 2008
La tos puede ser considerada
como un síntoma molesto.
sin embargo, en las personas
sanas es parte de un
mecanismo que tiene el organismo
para mantener la garganta
y las vías respiratorias
limpias de elementos extraños
como el polvo, las bacterias o
la excesiva acumulación de
mucosidad. Por tanto, la tos
viene a ser algo así como un
ejercicio de higiene del cuerpo
para mantener limpios la tráquea
y los bronquios, protegiendo
a los pulmones de intrusos
o de enemigos internos.
De modo que la limpieza de
las vías respiratorias es la ventaja,
pero el inconveniente reside
en que facilita la diseminación
de las infecciones.
Con toda certeza, todo el
mundo ha tosido alguna vez. Es
más, alrededor del 23% de las
personas sanas no fumadoras
tose, con o sin expectoración,
cuando se levanta por la mañana.
La tos puede presentarse todo
el año, pero preferentemente
lo hace en invierno, asociada
a procesos gripales y catarrales.
Se ha comprobado estadísticamente
que los humanos tenemos
entre dos y tres resfriados
al año, y es el resfriado común
la causa del 75% de los casos
de tos.
Tipos de tos
Los especialistas distinguen varios
tipos de tos, pero inicialmente
establecen una distinción
entre dos: tos aguda y tos
crónica. La primera se caracteriza
por comenzar de manera
repentina y suele ser fruto de
una gripe, un resfriado o una
infección sinusal. Al cabo de
dos o tres semanas desaparece.
La tos crónica, en cambio,
se prolonga más allá de este
periodo de tiempo, suele irritar
la tráquea y la laringe y
puede ser un aviso de que estamos
albergando alguna enfermedad,
como rinitis o bronquitis,
o algo más importante
como una neumonía.
Otra distinción que se hace
de la tos reside en si produce
o no expectoración. Si es
congestiva pero no produce
expectoración se la denomina
"no productiva" o tos seca
(popularmente conocida como
"tos de perro"). por el contrario,
si viene acompañada de
expectoración o expulsión de
flema o esputo, hablaremos
de "tos productiva".
También se distingue otro
tipo de tos, quizás menos conocida,
denominada "tos psicógena",
que ya entra en el
campo de los tics. es habitual
en algunas personas que por
nerviosismo u otra circunstancia
tosen antes de hablar.
Causas
Antes de aplicar un tratamiento
para eliminar la tos es necesario,
obviamente, conocer
dónde residen sus causas, que
engloban desde infecciones
(víricas o bacterianas, que suelen
producir mucosidad), alergias
(rinitis alérgica estacional
o perenne y asma alérgica), a
enfermedades de origen otorrinolaringológico,
afecciones
del conducto auditivo externo
o del tímpano, enfermedades
cardiacas, respiratorias o gastrointestinales,
pasando por
afecciones como la sinusitis y
el consumo de algunos fármacos,
como los inhibidores de la
ECA (medicamentos utilizados
para controlar la presión arterial).
Entre las patologías respiratorias
causantes de tos destaca
por su elevada incidencia,
la enfermedad pulmonar obstructiva
crónica (EPOC).
También hay otros factores
causantes de tos, como son el
humo en general y del tabaco
en particular, cambios de temperatura,
atmósfera seca o aire
contaminado por agentes irritantes
como alérgenos, polvo,
irritantes químicos, microorganismos"
En cualquier caso, en
líneas generales conviene consultar
al farmacéutico o visitar al
médico cuanto antes si la tos se
torna persistente (dura más de
14 días), si es violenta y aparece
repentinamente, si afecta a los
niños pequeños, si hay fiebre,
expectoración con sangre o flema
verde amarillenta, espesa y
maloliente.
En este sentido el color y
textura del esputo es revelador:
si es amarillo verdoso suele
ser indicativo de infección. si
es rojizo, sanguinolento o espumoso
la perspectiva es más
seria, ya que nos puede estar
anunciando que estamos ante
patologías como bronquitis,
neumonía, tuberculosis o incluso
cáncer de pulmón. No
obstante, no necesariamente
hay que alarmarse ante esta
circunstancia, pues la presencia
de sangre puede ser fruto de
una simple irritación de las vías
respiratorias superiores.
Tratamiento
Si los síntomas no revisten gravedad
y son fruto de un estado
catarral o griposo, los expertos
insisten en que la hidratación
es el mejor mucolítico. por tanto,
la primera recomendación
es beber de 1,5 a 2 litros de líquido
diarios, incluyendo zumos
de fruta, infusiones y
agua. El líquido hidrata los pulmones
y facilita la liberación de
la mucosidad. Igual de conveniente
es mantener el ambiente
húmedo y ventilado, inhalar
vapores de agua con eucalipto
u otras sustancias recomendadas
por su médico o farmacéutico,
evitar el tabaco y los cambios
bruscos de temperatura, y
no sonarse con demasiada
fuerza para evitar que la infección
se traslade a los oídos.
Cabe recordar que en infecciones
virales como el resfriado
o la gripe, los antibióticos no
surten efecto ni tampoco ayudan
a aliviar la tos causada por
las alergias. Si hay otro tipo de
complicaciones, será el médico
quien decidirá qué medicamento
prescribir.
Sobre este particular, los
especialistas advierten que los
broncodilatadores deben usarse
con precaución y bajo vigilancia
médica. Otra advertencia
es que los medicamentos
con codeína no se deben administrar
a los niños, especialmente
a los menores de cuatro
años. Igual advertencia vale
para los caramelos para la tos,
que pueden producir ahogamientos
en niños menores de
tres años. Los diabéticos, por
su parte, deben tener especial
cuidado con los jarabes, ya
que contienen mucho azúcar.
Muy utilizados en tratamientos
gripales y catarrales
son los mucolíticos y expectorantes.
Los primeros contribuyen
a disminuir la viscosidad
de la secreción bronquial y facilitan
así la expulsión del esputo.
Están contraindicados en
pacientes con úlcera péptica y
se deben administrar con precaución
a enfermos de asma.
En cuanto a los expectorantes,
son productos que activan
la expulsión del esputo,
bien porque aumentan su volumen
hídrico o porque estimulan
el reflejo de la tos.