uel Burgueño considera que el trasplante de cara supone un avance tecnológico en el capo de la Cirugía reconstructiva facial, pero asegura que aún "quedan muchas cuestiones por reso
24 de agosto 2011. 3:42 pm
Redacción, Madrid.- La Sociedad Española de Cirugía Oral y Maxilofacial considera aún de resultado incierto, en el momento actual, la posibilidad de trasplantar tejido de la cara de un donante a un ser vivo. Según ha explicado el doctor Miguel Burgueño García, presidente de la…
Redacción, Madrid.- La Sociedad Española de Cirugía Oral y Maxilofacial considera aún de resultado incierto, en el momento actual, la posibilidad de trasplantar tejido de la cara de un donante a un ser vivo. Según ha explicado el doctor Miguel Burgueño García, presidente de la SECOM, los beneficios de una intervención de estas características, todavía son muy dudosos. 'Aunque desde un punto de vista técnico la intervención es sencilla para un cirujano experto en técnicas microquirúrgicas, la necesidad de que el receptor reciba una terapia inmunosupresora de por vida, con los posibles efectos secundarios que conlleva, hace difícil sentar la indicación de la técnica'.
Otro aspecto de gran importancia que hay que tener en cuenta para valorar esta técnica, explica, es la enorme dificultad que hay en el logro de la motilidad normal del músculo y con ello de la expresión facial, así como la sensibilidad de la piel. Incluso podría conseguirse motilidad en la cara pero sin control por parte del paciente, asegura. Además, 'tampoco tenemos información sobre qué ocurrirá a largo plazo. Sabemos por otros tipos de trasplante que, aunque el tejido trasplantado no se rechace inicialmente, las probabilidades de ser rechazado después del primer año aumentan considerablemente'.
Por último, la Sociedad quiere dejar constancia de que con las técnicas
microquirúrgicas al alcance alcance, tomando tejido del propio paciente se puede resolver la mayoría de los problemas que se presentan en la clínica, con la ventaja de no necesitar terapia inmunosupresora. En su opinión, podemos concluir que el futuro definirá qué pacientes se beneficiarán de los trasplantes de cara, una vez que se demuestre que su resultado es lo suficientemente bueno para justificar la terapia inmunosupresora de por vida y afrontar las posibles complicaciones tanto físicas como psicológicas.