Introducción al dilema del tratamiento en adultos mayores
El tratamiento óptimo para los pacientes mayores con infarto de miocardio sin elevación del segmento ST (IMSEST) sigue siendo un tema de debate en la comunidad médica. La pregunta fundamental es si una estrategia
conservadora basada únicamente en la mejor terapia médica disponible, o una estrategia que combine esta terapia con procedimientos
invasivos como la angiografía coronaria y la revascularización, ofrece mejores resultados en términos de supervivencia y calidad de vida. Esta duda fue abordada en un estudio publicado en
The New England Journal of Medicine, que analizó los beneficios de ambas estrategias en una población de pacientes mayores.
Metodología del estudio
El ensayo fue un estudio
prospectivo, multicéntrico y aleatorizado realizado en 48 centros del Reino Unido. Participaron un total de 1518 pacientes de 75 años o más, todos diagnosticados con IMSEST. Los pacientes se dividieron en dos grupos: uno recibió únicamente la mejor terapia médica disponible (
estrategia conservadora), mientras que el otro grupo fue sometido además a procedimientos invasivos como la angiografía coronaria y revascularización (
estrategia invasiva). Se evaluó un resultado primario compuesto de
muerte por causas cardiovasculares o
infarto de miocardio no mortal, utilizando un análisis de tiempo hasta el evento para determinar la efectividad de las estrategias.
Resultados principales
Durante un seguimiento medio de 4,1 años, se observó que el
25,6% de los pacientes en el grupo de estrategia invasiva experimentó un evento del resultado primario, en comparación con el
26,3% en el grupo de estrategia conservadora. Estas cifras se traducen en un cociente de riesgos instantáneos de 0,94 (IC 95%, 0,77 a 1,14; P=0,53), lo que indica que no hubo una diferencia estadísticamente significativa entre las dos estrategias en términos de reducción de la muerte cardiovascular o infarto de miocardio no mortal.
Análisis de mortalidad y morbilidad
En términos de mortalidad cardiovascular, la
estrategia invasiva no mostró beneficios claros, con un
15,8% de muertes en comparación con el
14,2% en el grupo de estrategia conservadora (cociente de riesgos instantáneos, 1,11; IC del 95%, 0,86 a 1,44). Sin embargo, la incidencia de infarto de miocardio no mortal fue ligeramente menor en el grupo invasivo, con un
11,7% en comparación con el 15,0% en el grupo conservador (cociente de riesgos instantáneos, 0,75; IC 95%, 0,57 a 0,99). Es importante destacar que las
complicaciones del procedimiento ocurrieron en menos del 1% de los pacientes, sugiriendo que los procedimientos invasivos son relativamente seguros, aunque su eficacia sigue siendo cuestionable.
Conclusiones y recomendaciones para la práctica clínica
Los resultados de este estudio indican que, en adultos mayores con IMSEST, una
estrategia invasiva no reduce significativamente el riesgo de muerte cardiovascular o infarto de miocardio no mortal en comparación con una
estrategia conservadora. Este hallazgo sugiere que una evaluación cuidadosa de los riesgos y beneficios debe preceder la decisión de someter a los pacientes mayores a procedimientos invasivos. La fragilidad y la presencia de comorbilidades deben ser factores clave en la toma de decisiones clínicas.
El estudio publicado en
The New England Journal of Medicine subraya la necesidad de personalizar las estrategias de tratamiento para los pacientes mayores con infarto de miocardio, considerando tanto la
eficacia clínica como la
calidad de vida de los pacientes.