24 de agosto 2011. 3:46 pm
Tratar cuanto antes la retinopatía en los bebés prematuros es la mejor opción para evitar graves problemas de visión en los niños. Esta es la principal conclusión de un importante ensayo clínico, patrocinado por los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, para despejar dudas…
Tratar cuanto antes la retinopatía en los bebés prematuros es la mejor opción para evitar graves problemas de visión en los niños. Esta es la principal conclusión de un importante ensayo clínico, patrocinado por los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, para despejar dudas sobre cómo actuar con estos bebés, según recoge el diario ABC en su edición del sábado, 13 de diciembre.
La retinopatía de los prematuros es una enfermedad que puede causar graves pérdidas de visión en los niños que nacen antes de tiempo. La retinopatía se produce por un crecimiento anormal de los vasos sanguíneos en los ojos del bebé. Este proceso se completa sólo unas semanas antes del límite temporal de un embarazo normal. No obstante, la retinopatía no siempre aparece. Si el crecimiento de los vasos sanguíneos sigue un curso normal, el bebé no la desarrolla. Sin embargo, si los vasos crecen y se ramifican de modo anormal, el niño puede sufrir graves problemas de visión. Afecta especialmente a los más inmaduros y con menos de 1.250 gramos de peso al nacer.
Como el curso de la enfermedad es impredecible, los médicos tienen problemas para tomar la decisión más acertada. El estudio publicado en «Archives of Ophthalmology» demuestra que los bebés que estén en alto riesgo de perder visión, conservarán más visión si el tratamiento se aplica en las primeras fases de la enfermedad.
Cada año la retinopatía afecta a 16.000 bebés en Estados Unidos y miles más en el resto del mundo, convirtiendo esta enfermedad en el motivo principal de pérdida de visión en la población infantil. De todos estos casos, aproximadamente 1.500 pequeños padecen severas formas de retinopatía que necesitan tratamiento. Y a pesar de las terapias existentes, aproximadamente 600 niños se quedan prácticamente sin visión cada año.
Los tratamientos actuales de la retinopatía pasan por la terapia con láser o por crioterapia para retrasar el crecimiento de los vasos sanguíneos. Uno de los efectos secundarios de estas terapias es la pérdida parcial de la visión periférica, aunque se conserva la visión central necesaria para leer o ver caras.