Los intensivistas españoles son pioneros en el uso de técnicas de monitorización que permiten aportar información para el tratamiento inicial y evitar complicaciones
1 de julio 2021. 11:47 am
Los servicios de Medicina Intensiva de nuestro país han desarrollado protocolos de atención punteros para grandes quemados. Estos son aquellos pacientes con más de un 20 por ciento de su superficie corporal quemada. También se incluyen aquellos que sufren quemaduras menos extensas, pero con una…
Los servicios de Medicina Intensiva de nuestro país han desarrollado
protocolos de atención punteros para grandes quemados. Estos son aquellos pacientes con más de un 20 por ciento de su superficie corporal quemada. También se incluyen aquellos que sufren quemaduras menos extensas, pero con una edad o comorbilidades que exigen una abundante reposición intravenosa de líquidos.
Estos protocolos tienen en cuenta
factores como la nutrición y la rehabilitación temprana. Las necesidades calóricas en los grandes quemados “son mayores en comparación con el resto de las patologías”, expone Marta Ugalde, intensivista del Hospital Universitario de Cruces. “Una terapia nutricional temprana reduce la respuesta al estrés y la estancia en UCI. Si se da por vía oral, permite mantener el trofismo de la mucosa intestinal y aumentar la producción de inmunoglobulinas en el intestino. Esto ayuda a evitar úlceras y el riesgo de sepsis”.
Intensivistas y atención a grandes quemados
Los intensivistas son los profesionales encargados de estos grandes quemados, ya que están acostumbrados a tratar a pacientes graves con problemas que afectan seriamente a uno o más órganos. A este respecto aporta más datos Manuel Sánchez, especialista del servicio de Medicina Intensiva del Hospital Universitario La Paz de Madrid. “Es frecuente que estos pacientes
necesiten simultáneamente tratamientos y técnicas que usamos habitualmente en las UCI”. Por ejemplo, el control del aporte de fluidos y de la medicación para mantener una tensión arterial adecuada. También ventilación mecánica, técnicas de diálisis, sedoanalgesia o el tratamiento de las infecciones.
“En España hemos sido
pioneros en el uso de algunos tipos de monitorización. Estos aportan información importante para el tratamiento inicial. Especialmente en la búsqueda de tratamientos que vayan a la causa de las complicaciones más que a sus consecuencias y en el uso de las cremas que quitan tejidos muertos sin necesidad de cirugía”, concluye Sánchez.
Estas nuevas perspectivas en el tratamiento del
paciente crítico quemado y el Síndrome de Inhalación de humos fueron abordadas en el
LVI Congreso Nacional de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (SEMICYUC).