Redacción, Madrid.- Los principales avances obtenidos con la terapia de mantenimiento en los linfomas foliculares pasan por la menor probabilidad de recaídas y el mayor tiempo libre de tratamiento, según se puso de manifiesto en la reunión Hematología 2004, un encuentro convocado por la Fundación Leucemia y Linfoma y que reunió a más de 300 hemátologos en Madrid durante el pasado fin de semana.
El objetivo de la reunión fue realizar una actualización en el diagnóstico, pronóstico y tratamiento de los trastornos linfoproliferativos más comunes, como los linfomas no Hodgkin y la leucemia linfática crónica. Y es que en los últimos años -según manifestaron los profesionales- ha aumentado la frecuencia de linfomas en España, con 4.500 nuevos casos al año.
Según señaló el doctor José María Fernández-Rañada, presidente de la Fundación Leucemia y Linfoma y jefe del Servicio de Hematología del Hospital de La Princesa de Madrid, el objetivo fundamental de la reunión fue "realizar una puesta al día en términos de diagnóstico y sobre todo de tratamiento de algunas de las neoplasias hematológicas más comunes, como son los linfomas no Hodgkin y la leucemia linfática crónica, con especial atención a los progresos observados con la aparición de los anticuerpos monoclonales".
En este sentido, uno de los aspectos abordado ampliamente en la reunión fue el estado actual de la terapia de mantenimiento en los linfomas no Hodgkin foliculares. Este tipo de linfomas, teniendo una evolución más insidiosa que los agresivos, sin embargo, resultan difíciles de curar. En la reunión se planteó una mesa debate sobre el tratamiento del linfoma folicular bajo el título "¿Debemos aún esperar y ver"?, en la que los expertos reunidos discutieron sobre a qué pacientes se debe tratar y de qué forma. En este sentido, el presidente de la Fundación Leucemia y Linfoma señaló que los enfermos jóvenes con linfoma folicular "siempre han de ser tratados".
Leucemia linfática crónica
Otra de las patologías sobre las que se debatió fue la leucemia linfática crónica, la más frecuente en la edad adulta en los países occidentales. El diagnóstico de la leucemia linfática crónica (LLC) se realiza habitualmente alrededor de los 65 años y en la mayoría de los casos suele hacerse durante revisiones periódicas, puesto que la enfermedad, en el 80 por ciento de los pacientes, se presenta de forma asintomática. La patología se diagnostica en 4 personas por 100.000 habitantes/año y, cuando se presentan síntomas, suelen ser de fatiga, pérdida de energía y crecimiento de ganglios linfáticos.
Como señaló el doctor Francesc Bosch, médico especialista senior del Servicio de Hematología del Hospital Clínico de Barcelona, "la LLC es una patología con un pronóstico bastante bueno, ya que los pacientes viven una media de quince años y el 50% nunca va a tener problemas por la enfermedad". Aunque es una enfermedad difícil de curar en estos momentos, el tratamiento actual, que se realiza cuando presentan manifestaciones relacionadas con la enfermedad, puede contribuir a mejorar aún más el pronóstico. "El tratamiento habitual -apunta el doctor Bosch- suele hacerse con combinaciones de quimioterapia y con diferente intención dependiendo de la edad del paciente y de las expectativas del paciente: si es menor de 65 años, el tratamiento que se aplica es con ánimo curativo. Cuando el paciente tiene una edad avanzada, el tratamiento suele ser sintomático".