Se trata de un estudio realizado por varios grupos del CIBERESP en la Universidad de Girona, la Agencia de Salud Pública de Barcelona y la Escuela Andaluza de Salud Pública, publicado en el BMC Public Health
19 de septiembre 2024. 10:33 am
Un estudio realizado por varios grupos del área de Salud Pública del CIBER (CIBERESP) en la Universitat de Girona, la Agencia de Salud Pública de Barcelona (ASPB) y la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP), señala que las personas con mala salud, apoyo social limitado…
Un estudio realizado por varios grupos del área de Salud Pública del CIBER (CIBERESP) en la Universitat de Girona, la Agencia de Salud Pública de Barcelona (ASPB) y la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP), señala que las personas con
mala salud, apoyo social limitado y bajos niveles socioeconómicos vieron más afectada su salud mental en pandemia.
La investigación, publicada en
BMC Public Health, entre otras cuestiones,
destaca que las personas diagnosticadas con COVID-19 o que sufrieron infecciones graves presentaron una peor salud mental. “Las personas con problemas de salud preexistentes, menor apoyo social y dificultades económicas mostraron una mayor propensión a experimentar un deterioro en su bienestar emocional” Así lo resume resume María Antonia Barceló, Investigadora Principal del Subprograma del CIBERESP ‘Desigualdades en Salud y COVID-19’, en el que se enmarca esta investigación, en la Universitat de Girona.
Salud mental en pandemia
El estudio se realizó mediante una encuesta con
una muestra de 1.223 residentes andaluces mayores de 16 años. Para ello, el personal investigador identificó un total de siete predictores socioecológicos (factores sociales y ambientales que influyen en los resultados). Todos ellos relacionados con el bienestar emocional y la salud mental en pandemia. Asimismo se centró en factores como la gravedad de la infección por COVID-19, el estado de salud general, el apoyo social y la situación económica.
Por otra parte, el trabajo evidencia
importantes variaciones en el bienestar emocional y mental durante el primer año de la crisis sanitaria. Así, durante el estudio, se observó una mejora en los indicadores de salud mental entre marzo-abril de 2020 y junio-julio de 2020. No obstante, casi un año más tarde, en abril-mayo de 2021, el bienestar emocional empeoró nuevamente, acompañado de una disminución del optimismo. La investigadora María Antonia Barceló añade al respecto: “hasta la fecha, pocos estudios habían abordado de manera exhaustiva cómo la carga emocional y mental de la pandemia se distribuyó en la población, y este trabajo llena ese vacío”.