Si tiene varices acuda al médico. No son sólo un problema estético y no tratarlas puede ocasionar un importante problema de salud. Aunque siempre se ha considerado un trastorno eminentemente femenino, no es del todo cierto que las mujeres estén mucho más predispuestas a padecer complicaciones circulatorias; lo que ocurre es que los embarazos, la actividad hormonal y los anticonceptivos orales son importantes factores de riesgo para la aparición de varices en las mujeres y, además, los hombres no suelen acudir a la consulta hasta que las molestias son insoportables. El sexo masculino, aunque en menor proporción, no se libra, ni mucho menos, de este trastorno.

Retorno venoso

Para entender qué es una variz y su trascendencia hay que entender cómo funciona nuestro sistema circulatorio. Las arterias son las encargadas de transportar la sangre del corazón a la periferia y las venas del viaje a la inversa, es decir, de hacer que la sangre retorne al corazón. Como las piernas están lejos y hacia abajo del corazón, el flujo sanguíneo en las piernas es el más difícil de mantener. Para conseguir que la sangre no ceda a la fuerza de la gravedad las paredes de las venas cuentan con unos músculos que se contraen obligando a la sangre a subir hacia el corazón y unas válvulas que se abren para dejar pasar la sangre y se cierran para evitar que retroceda.

En algunas ocasiones puede que una válvula deje de funcionar y la que tiene justo debajo tenga que soportar un volumen de sangre extra que se acumula en las venas y ejerce más presión de la cuenta sobre ellas. Esta tensión, unida al envejecimiento y a otros factores, hace que las venas pierdan la elasticidad natural que las caracteriza, su volumen aumente, la circulación se vuelva más lenta y aparezcan las varices.

En resumen, el principal responsable del nacimiento de las varices reside en la insuficiencia de las válvulas, que no son capaces de soportar la columna de sangre y retornarla al corazón. En consecuencia, la sangre parada ejerce una presión que dilata la pared de la vena.

Llegados a este punto, la definición de variz parece sencilla: se trata de una dilatación permanente de una vena causada por la acumulación de sangre. Una vena dilatada, que se alarga y se convierte en tortuosa, pudiendo aparecer de color azulado o violeta, principalmente en las piernas.

El proceso comienza en las venas más superficiales que se marcan con cierto relieve sobre la piel. Poco a poco aparecen los síntomas más típicos, como pesadez de piernas, cansancio, edema, calambres y dolor. Más adelante suele manifestarse picor o escozor y pigmentación en la piel de la zona y pasan a estar afectadas venas más profundas. En los estadios más avanzados, llegan a aparecer las úlceras varicosas.

Factores de riesgo

Existen algunas situaciones que propician el que una persona sea más proclive a tener varices que otra. Es lo que se conoce como factores de riesgo y si hay alguno clave a la hora de prever la aparición de este problema, ese es sin duda la predisposición genética. A pesar de ello, hay quien tiene antecedentes familiares de varices y aun así nunca las padecerá. Otros factores de riesgo inevitables son la edad, el estado hormonal, el embarazo y la menopausia.

La actividad profesional también tiene mucho que ver en la aparición de este trastorno. Es el caso de aquellos trabajos en los que se está mucho tiempo de pie o permanentemente sentados.

Pero hay otros condicionantes que sí se pueden evitar, como la obesidad, el estreñimiento, el sedentarismo, la exposición prolongada al sol o a otras fuentes de calor, los anticonceptivos orales y el uso de ropa ajustada.

Tratamiento

La primera medida es acudir a un médico con experiencia en el diagnóstico y tratamiento de las varices, quien realizará un examen físico poniendo especial énfasis en la circulación venosa. Tras él, vendrán los estudios diagnósticos adicionales con los que determinará la causa y la severidad del trastorno y cuál es la opción terapéutica más eficaz y segura para cada caso en concreto.

La solución para que las varices no se agraven es tratarlas a tiempo, pero la realidad es que una vez que han aparecido son incurables. Existen tratamientos farmacológicos para aliviar los síntomas y favorecer que la sangre circule mejor. La compresión, mediante vendajes y medias terapéuticas y los masajes dan muy buenos resultados, pero el tratamiento definitivo consiste en la extirpación de las venas más problemáticas. Éste, aunque eficaz, no garantiza que las varices no vuelvan a aparecer.

Medias de compresión

Hay una solución cómoda y eficaz para prevenir y controlar los síntomas, tanto en fases tempranas como avanzadas. Se trata de la terapia de compresión elástica, el tratamiento no quirúrgico que más alivio proporciona; medias que han de ser recetadas por un facultativo y que se venden en farmacias.

Su misión es mejorar el retorno venoso, es decir el flujo de sangre de las piernas al corazón. Se oponen a la fuerza de la gravedad contribuyendo a que la sangre fluya hacia arriba y no retroceda y lo hacen comprimiendo las venas de las piernas gradualmente, es decir, ejerciendo más presión en el tobillo y menos en la zona del muslo. De esta forma, ayudan a los músculos y a las venas a desarrollar su función de forma eficiente. Tenga en cuenta que el papel de la musculatura de las pantorrillas es muy relevante, puesto que al contraerse, sobre todo al andar, bombean la sangre.

Según el estado de las varices, el especialista puede optar por distintos grados de compresión. La compresión ligera se recomienda si aún no existen las varices pero hay posibilidad de padecerlas debido a que existe sobrepeso, se está de pie mucho tiempo, en estado de gestación o cuando se padece de piernas cansadas, dolor o hinchazón leve y arañas vasculares.

En caso de varices ya desarrolladas y/o piernas cansadas, dolor o hinchazón moderados y tendencia a hematomas el médico aconsejará la comprensión normal. Por último, si existe alguna patología grave con varices importantes, si el edema comienza con el inicio del día, se ha sometido a operaciones de cirugía venosa o bien ha sufrido úlceras graves, deberá recurrir a la comprensión fuerte.

Es muy importante escoger la talla de la media que mejor se adapte a cada uno, dependiendo de la medida de la pantorrilla y el tobillo. En muchos casos las tallas estandarizadas no se adaptan bien, muslos o pantorrillas con un diámetro grande, personas altas o bajas, en estos casos siempre se pueden pedir a medida.

Pregunte a su médico o farmacéutico todas las dudas que tenga. No es una media al uso y tiene unas peculiaridades especiales que ha de conocer para conseguir el efecto esperado. Lo aconsejable es ponérselas a primera hora del día, antes de levantarse de la cama y llevarlas puestas toda la jornada.

FUENTES: Colegio Oficial de Farmacéuticos de Barcelona, Sociedad Española de Medicina y Cirugía Cosmética, Sociedad Española de Angiología y Cirugía Vascular.